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Pecari Quimilero: un sobreviviente del Chaco Seco

Está incluido en la lista roja de especies en peligro de extinción de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

El pecarí quimilero (Catagonus wagneri) es una especie endémica de la región del Chaco seco que durante años habitó el monte chaqueño, hoy en dia su hábitat se encuentra amenazado por el avance del desmonte ilegal.

Micaela Camino, bióloga e investigadora del conicet en el Centro de Ecología Aplicada del Litoral (CECOAL, CONICET – UNNE), es quien impulso el proyecto quimilero.

“Aumentar las capacidades de las comunidades locales para conservar el quimilero y el Chaco argentino” es el nombre de la propuesta postulada la joven, quien en el año 2010 se instaló en nuestra provincia.

Desde ese entonces, empezó a consolidar el Proyecto Quimilero, una iniciativa que busca difundir la importancia de este animal.

El quimilero pertenece al grupo de los mamíferos ungulados y es el pecarí de mayor porte entre los tres que existen —junto con el pecarí de collar y el pecarí labiado—, y puede llegar a medir más de un metro, alcanzando un peso de hasta 40 kilos en su adultez. “Es una especie emblemática para la región del Chaco porque tiene una enorme capacidad de adaptación para épocas de largas sequías en las que el agua superficial es muy escasa, lo que que demuestra un fascinante proceso de evolución que alcanzó a lo largo de su vida para poder habitar en estos ambientes”, destaca la investigadora, que forma parte del equipo del Laboratorio de Biología de la Conservación del CECOAL.

Pero más allá de la conservación de esta valiosa especie, el proyecto que promueve Micaela Camino tiene el objetivo de hacer un aporte a la conservación de todo el bosque chaqueño. “Estamos en la segunda ecorregión más grande del continente, después del Amazonas, y tenemos una de las tasas de deforestación más altas del mundo. Lo que pasa a nuestro alrededor es trágico y se debe al avance de la agricultura industrializada, que reemplaza los bosques existentes por producciones de grandes extensiones, principalmente soja y carne vacuna para exportación. El quimilero es una bandera para nuestro proyecto porque se trata de una especie que resiste los bosques y nos permite identificar cuáles son las áreas que necesitamos conservar o restaurar para que los grandes mamíferos como este sigan cumpliendo su importantísima función mediante la dispersión de semillas, aportando a la estructura y la diversidad de todos servicios ecológicos del ambiente”, señala la investigadora.

Uno de los últimos estudios realizados indica que la pérdida de hábitat es una de las principales amenazas para la especie, por lo que advierte que la necesidad de acciones de conservación es urgente. “En menos de 30 años el pecarí quimilero podría estar extinto y las áreas protegidas son insuficientes para conservar la especie”, asegura

Para proteger esta especie y su camino evolutivo único, el proyecto considera fundamental el rol de las comunidades que viven en el Chaco, muchas de las cuales pertenecen a pueblos originarios y tienen una alta valoración del quimilero. “Trabajamos permanentemente con las comunidades y el intercambio de saberes es permanente. No se trata solamente de los modelos de conservación que nosotros podemos elaborar mediante herramientas científicas para determinar qué zonas de bosque debemos conservar, sino de construir de manera conjunta, combinando los saberes y el conocimiento que ellos tienen a través de múltiples generaciones, que es muy valioso. Por eso es esencial trabajar con las comunidades locales, que son quienes protegen los bosques, porque sus propias vidas dependen de ellos,” concluye.

Desde la web del proyecto se presentan como: “un grupo diverso de personas que trabajamos con pasión y amor para conservar el quimilero y su hábitat, así como otras especies que habitan el Gran Chaco Sudamericano”.

El grupo está formado por profesionales de distintas áreas, técnicos, técnicas y personas locales, indígenas y criollas, que habitan los mismos bosques que son hogar del quimilero.

Las acciones se enmarcan en dos grandes áreas:

Investigación científica y la conservación aplicada (acciones para la conservación del quimilero y de otras especies y sus hábitats).

Si bien el proyecto Quimilero surge en 2015, gran parte del grupo trabaja en la conservación del quimilero y de otras especies chaqueñas desde 2011. Fue justamente en 2011 que comenzó el trabajo con cazadores del Chaco Seco Argentino para monitorear fauna silvestre. También fue en ese año que integrantes de Proyecto Quimilero realizaron entrevistas y transectas para estudiar las tres especies de pecaríes, su distribución y requerimientos de hábitat. Estas investigaciones se realizaron cubriendo más de 54.000km2 del Chaco Seco argentino, en las provincias de Chaco, Salta y Formosa.

La base, los cimientos, de Proyecto Quimilero es el respeto a la diversidad. Proyecto Quimilero entiende que el saber científico es una construcción tan válida como otros saberes y que solo construyendo conjuntamente desde diferentes sabidurías vamos a poder salvarnos de la crisis ambiental y climática global.

Hoy en día trabajan con “poblaciones que han sido históricamente marginadas y cuyos derechos básicos continúan con frecuencia vulnerados al día de hoy, las y los profesionales y técnicos y técnicas de Proyecto Quimilero trabajan horizontalmente con las poblaciones locales. Respetando tiempos y necesidades propias de quienes habitan estos territorios. Para esto es clave la transparencia, informando los fines y métodos de cada iniciativa y cumpliendo los procedimientos de consulta esperados por la normativa nacional e internacional, como el convenio OIT 169”. Por último, Proyecto Quimilero intenta devolver a la población de la zona los saberes adquiridos desde este y otros espacios.

Dado que Proyecto Quimilero se desarrolla en bosques con gente, las acciones de conservación llevadas a cabo por este grupo intentan contribuir al fortalecimiento de las comunidades locales, especialmente jóvenes. Nuestra meta es que en el futuro sean personas locales quienes lideren iniciativas de conservación. Al mismo tiempo, todas las acciones de Proyecto Quimilero buscan aumentar la justicia social y ambiental local así como las oportunidades de conservación porque es la única manera de que la región experimente un desarrollo verdadero y sustentable.

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