La Ciudad

Un mapeo de violencias mostró los hechos odiantes en Resistencia

La Cuis y Turba-Colectivo hicieron un mapeo de las violencias hacia la comunidad LGBTIQ+ en la ciudad. Se registraron más de 80 episodios que van desde el insulto y las burlas hasta el ataque físico. Desde La Cuis, expresaron a este medio que vieron la experiencia como un espacio de "catarsis" y “construcción de una voz de denuncia que se hace pública”.

El 23 de noviembre, en el marco de la Marcha del Orgullo del Chaco, La Cuis y Turba-Colectivo de Hábitat, realizó un mapeo de las violencias que sufren las personas integrantes de la colectividad LGTBIQ+ en la ciudad de Resistencia. Sobre los objetivos, indicaron que es necesario visibilizar estas violencias para terminar con el relato común y prejuicioso, y que sugiere “ya no nos discriminan”, “nos autoexcluimos”, “hay otras situaciones más importantes a las que atender”, entre otras excusas.

Dos preguntas guiaron a las personas que se acercaron a participar: “¿Dónde te sentiste violentadx por tu identidad de género y/u orientación sexual? y ¿Qué tan violentadx te sentiste en una escala creciente del 1 al 3? Además de ubicar en el mapa las situaciones, invitamos de forma opcional a lxs participantes a dejarnos un relato corto comentándonos lo vivido. Debemos aclarar que los datos que presentamos no responden a un muestreo estadístico de la población, más bien dependía de las personas asistentes a la marcha que tuvieron la valentía de exponerse y contarnos lo que sufrieron”, explicaron sobre la metodología de la propuesta.

Gracias a la participación de la gente, se registraron un total de 82 episodios de violencia. Estas violencias fueron situadas en lugares tan distintos como locales bailables, bares, plazas, calles, institutos educativos, hospitales, oficinas de administración pública, hogares y espacios laborales. De estos 82 episodios, la mayor cantidad fueron marcados con un “3”, es decir, las personas que sufrieron estos episodios los percibieron con la escala de violencia más alta.

Los relatos obtenidos implican ataques como insultos, persecuciones (a pie o en vehículos), amenazas de muerte orales o con armas, expulsión de espacios públicos, comentarios y chistes homodiantes y transodiantes, violencia policial, el no respeto a la identidad autoasignada, acosos y abusos sexuales, miradas y risas, exposición de la intimidad, golpes y ataques físicos (directos o a distancia), burlas, discriminaciones al tratar de acceder o alquilar espacios. Se testimoniaron frases tan duras como “por ser homosexual vas a ir al infierno”, “a los que son como vos hay que matarlos desde chicos”, “¿A ustedes los cogieron de chicos para que sean así?”. “A estas violencias nos someten diariamente. Estas violencias son actuales. Estas violencias siguen existiendo”, indicaron en el informe.

El 70% de los casos indicados fueron en el espacio público (calles o plazas) o en institutos educativos (privados y públicos, de todos los niveles). Luego del mapeo, la plaza central de Resistencia quedó marcada por varios episodios de color rojo. Las violencias estaban “justificadas” por parte de sus victimarios por la forma de vestir, la manera de ser, o por demostrar afectos en la vía pública. “¿Cuántas veces observamos a parejas heterosexuales agarradas de la mano o besándose en espacios públicos? ¿Qué tan diferente es nuestra manera de amar, desear y sentir?”, señalaron.

“Nos mostramos extremadamente preocupadxs de que los institutos educativos sigan siendo lugares tan peligrosos para jóvenes. Fueron testimoniadas charlas de ‘educación sexual’ en dónde se invitó a un pastor para que diga que ‘los homosexuales no pueden ser felices’ o que ‘la bisexualidad es una aberración’. Niñxs en primaria y secundaria siendo violentadxs física y psicológicamente por parte de compañerxs y hasta profesorxs. Chistes de profesores en torno a la homosexualidad en ámbitos universitarios. Acosos sexuales por parte de profesores universitarios. Lo más triste es que la mayoría de las veces cuándo pedimos ayuda en estos ámbitos a profesorxs, directorxs, preceptorxs y hasta a centros de estudiantes somos ignoradxs o no encontramos respuestas”, manifestaron.

Desde Turba y La Cuis, demandaron la aplicación inmediata de una Educación Sexual Integral que posea contenidos sobre el colectivo. Educación tanto para estudiantes como para docentes. Una educación que permita vivir y desear sin sentir culpa o sin pensar que son una “aberración”. Expresaron: “No tenemos cura porque no estamos enfermxs. Podemos ser felices, pero si no lo somos es porque todavía vivimos en una sociedad heteropatriarcal que nos sigue vulnerando. No somos una población vulnerable somos una población vulnerabilizada. Queremos también ser partícipes de la creación de contenidos y de la capacitación en ESI. No necesitamos ni queremos que hablen por nosotrxs”.

Por último, agradecieron y dedicaron el trabajo a toda la gente que se acercó a participar, a quienes no se animaron, a quienes no sabían cuál de todos los episodios de violencia contar, a quienes ya interiorizaron la violencia y utilizan máscaras para “no provocarla”, “a quienes viven tapadxs por culpa de esta sociedad”. “Les agradecemos por seguir existiendo y resistiendo a su manera. Esta es una primera aproximación, pretendemos que sea una base para continuar elaborando información que sirva para evidenciar, transformar y, entretanto, cuidarnos mutuamente. Desde estas dos agrupaciones, nos comprometemos a seguir trabajando para y por nosotrxs. Porque nos lo merecemos. Merecemos vivir y ser felices”, culminaron.

“AGENCIAR NUESTRAS HERIDAS”

Dario Pajor de La Cuis, comentó a elDIARIO de la Región que hicieron esta intervención conjunta “para romper ese mito de que ya no somos violentadxs y discriminadxs”. “Nos pareció importante hacerlo para recordar y marcar que somos un grupo político organizado que tiene una agenda y trae propuestas”, señaló. Contó que en el desarrollo del mapeo también se dieron cuenta que fue muy valioso que las personas de la comunidad LGBTIQ+ tengan un espacio de «catarsis» y “construcción de una voz de denuncia que se hace pública”. “Mucha gente nos agradeció el espacio y creemos que es muy importante para agenciar nuestras heridas en una acción colectiva”, destacó.

 

Cooperativa La Prensa

Cooperativa de Trabajo y Consumo Ltda La Prensa

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