Tras una final desempate disputada en Asunción, Independiente logró hace 45 años la última conquista de un período glorioso en el que se erigió en dueño de América, con un ciclo que encadenó cuatro Copas Libertadores consecutivas.
El 29 de junio de 1975, en el estadio Defensores del Chaco, el Rojo emprendió un nuevo mojón para el «orgullo nacional» de sus hinchas, al ganarle a Unión Española de Chile (2-0), con tantos de Ricardo Ruiz Moreno y Daniel Bertoni.
El equipo que –por ese entonces- dirigía Pedro Dellacha alcanzó la gloria sudamericana por 6ª vez en su historia, tras un recorrido que incluyó momentos espinosos y de confusión.
Es que el ingreso directo a semifinales (tal como se estilaba por aquellos años, el ganador de la Copa anterior evitaba la 1ª fase) le deparó dos de los más difíciles adversarios: Rosario Central y Cruzeiro de Belo Horizonte.
El estreno del Diablo, un 6 de mayo, no fue el deseado: 0-2 en Arroyito ante un Central que fue más con los goles de Jorge Solari y Mario Kempes.
El segundo encuentro deparó otro desempeño con muecas de disgusto. El equipo de Belo Horizonte venció por 2-0, con anotaciones de Nelinho y Roberto Batata. Independiente asomaba en el umbral del precipicio.
«Ese año comenzamos con una gira muy larga por Asia. Estuvimos casi un mes haciendo partidos por Indonesia y Hong Kong. Eso nos terminó perjudicando», contó Ricardo Bochini a Télam para intentar justificar ese comienzo irregular.
