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Aborto legal: vivir con una libertad más y una opresión menos

Este medio charló con feministas de varios sectores chaqueños para recopilar sentires, expectativas y análisis a pocas horas de que la Interrupción Voluntaria del Embarazo se convirtiera en ley. 

elDIARIO de la Región dialogó con varias feministas de Chaco, de diferentes edades, corrientes y orígenes, todas unidas y empapadas de la “marea verde” que el miércoles por la madrugada arrasó con tabúes, discriminaciones y falta de accesos. A poco horas de haberse votado a favor en el Congreso la ley de Interrupción Voluntaria de Embarazo (IVE), cada testimonio se teje en una red de dicha, esfuerzo, lucha, empatía e historia que finaliza e inicia, a la vez.    

La primera en hablar es Nadia Pietrobelli, docente feminista, militante activa de la Educación Sexual Integral e integrante en Sáenz Peña de La Alternativa Feminista. “Para mí el aborto siempre estuvo lejos: no aborté ni conocía a nadie que hubiera abortado. Sin embargo, siempre lo milité en la calle, en las plazas, en las aulas. Entendía que las mujeres tenemos derechos a decidir sobre nuestros cuerpos y esa militancia tuvo sus consecuencias: hace unos cuantos días atrás, una exalumna me pide ayuda para abortar, y era la primera vez que me tocaba una cosa así, donde esa militancia mostró sus efectos. Esa persona no tenía a nadie a quien recurrir, y recurrió a mí porque sabía de mi posición sobre el aborto”, señala. Muy emocionada, continúa: “La verdad que ahí me pasó por el cuerpo, porque en su desesperación, en su soledad, recurrió a una compañera feminista para que le ayude. Ahí entendí la importancia de que la legalización es un derecho que tuvo que haber sido reconocido hace machismo tiempo”.

“Ayer, no me emocioné por mí, sé que soy una privilegiada, porque tengo información, puedo acceder a anticonceptivos, porque sé cómo cuidarme, porque elijo parejas sexuales que me respetan. Me alegré y lloré por les pibes, las pibas y las infancias que desde esta mañana viven con una libertad más y una opresión menos”, expresaron.

Bichi Romero afirma que todos sus sentires tuvieron relacionados al socorrismo (personas que acompañan para un aborto respetuoso). “Reí, luego lloré, fueron muchas emociones con la ley porque creo en el aborto como una práctica emancipadora y de autonomía. Creo que la resistencia que existe con respecto a la legalización tiene que ver con eso: en contexto de mucha opresión, que puedan decidir sobre sus cuerpos es un acto de absoluta libertad”. 

Además, agregó que de este hito, “deviene en el puntapié inicial para que se abra una puerta donde las personas empiecen a tomar otras decisiones”. “Me pone feliz y me emociona no sólo la ley como conquista de derecho, sino porque la práctica es de emancipación y de amor, sino no se explicaría semejante resistencia histórica, a eso le tienen miedo, eso es lo que se ataca, a ese deseo en acción”, expresa.

Admite que aún no lo puede creer: “Nos despertamos en un mundo un poco más libre, muy similar al de ayer, sí, no es una transformación que la veamos ya, pero es necesaria y empoderante”. 

De forma personal, agrega que le emocionó mucho “compartir con mis amistades y mis hermanas del socorrismo que, aparte de enseñarme montón de cosas a nivel de la empatía, lo que más disfruté fue poder abrazarme con elles”. “Agradezco esa comunidad afectiva y esa red de contención que me regaló al activismo socorrista, que más de una vez me acompañó también a mí”, finaliza.  

Hilda Sánchez, activista hace muchos años por los derechos humanos y ambientales, integrante del Círculo de Brujeres, escribe en respuesta a este matutino: “Realmente, fue una noche histórica, me emocioné hasta las lágrimas, pensando en toda la lucha que llevaron adelante les compas históricas, les que con su paciencia infinita nos hicieron pensar a otres a sumarnos a ésta lucha. En todas las mujeres muertas, en todas las niñas obligadas a parir, y que muchas murieron junto a sus niñes. En todas las criminalizadas, en ustedes las nuevas luchadoras, en las que vendrán, pisan fuerte, decidides. ¡Han empujado tanto! Tantas emociones sentí anoche, todo se me vino en segundos. Pero tengo conciencia que así nos toca remar a nosotras, nosotres, siempre contra corriente en este mundo patriarcal.  Ahora, seguiremos luchando para que sea efectiva lo más pronto posible, y para realmente hacer un Estado laico, donde todos los mundos puedan vivir lo más armonioso posible. Políticamente, hemos podido quebrar dentro de los dos partidos mayoritarios el conservadurismo existente. ¡La lucha fue nuestra y es de ustedes! ¡Fue ley pese a lxs dinosaurios!”.

Mariana Villaverde, activista lesbiana feminista y especialista en estudios de género, expresa que se siente “muy triunfante colectivamente hablando, terminamos el año súper bien cíclicamente, con luna llena y con festejo, fue una alegría”. 

Mariana compara la aprobación de la IVE con el contexto histórico de cuando las mujeres pudieron votar en Argentina. Cuenta que en 2010 “éramos poquísimas las feministas”. “La primera vez que escuché que el aborto legal era una posibilidad fue en el Encuentro de Mujeres de Paraná» en ese año. «Ahí decidí ser feminista, pero sabiendo que todas esas demandas no estaban dentro del feminismo en ese momento, eran más de la lucha popular y de las bases”. Explica la comparación con la conquista del voto de las mujeres en el hecho de que también empezó así, desde las bases de izquierda, y al masificarse y volverse una demanda social colectiva es que se concede durante el gobierno de Perón y Eva. “Y parecería que es una lucha peronista, pero es anterior, por eso no creo que un partido ‘nos dé’ sino que responde a esa lucha social y molesta un montón como el feminismo siempre lo ha hecho”, expresa. 

Por último, recuerda que “la ley lo que permite es el acceso a más derechos”. “Llevó su tiempo pero debemos seguir movilizadas y organizadas políticamente. Que no se olvide la historia y sus procesos de lucha feminista”.

 

La vigila en Chaco: “Estamos acá, somos parte”

 

Aunque hayan sido pocas en números, el sentimiento de ocupar las plazas, las calles, de hacer al aguante a la gran marea verde estuvo en Castelli. En Quitilipi, las compañeras feministas y militantes de los derechos de las mujeres no se juntaron públicamente, ya que el aborto sigue siendo una temática en discusión, sin embargo, de forma individual mostraron su apoyo virtual y, por supuesto, “la manija” colectiva siguiendo el minuto a minuto del debate.

Johana Baricheval, integrante de Las Mariposas en Quitilipi, reflexiona: “Es ley. Muchas emociones juntas, fue una larga espera. Me invade una felicidad plena, como sólo el feminismo nos regala. El sabernos juntas, juntes, fuertes, sororas. Con mucha lucidez de que la lucha patriarcal continúa y falta mucho camino por recorrer para el pleno ejercicio de nuestros derechos. Seguiremos organizades, alertas, y alegres hasta que todo sea como lo soñamos”. 

Lorena Palavecino, integrante de la agrupación Maira Benítez de Villa Ángela contó que en su ciudad se hizo una vigilia y pañuelazo cultural desde que inició la votación en el Senado. Tocaron varias mujeres en vivo, se hicieron intervenciones y se proyectó el debate. “Muy contentas porque Villa Ángela es una localidad que si bien es grande, es muy conservadora y la mayoría de las que estamos en la grupa somos pibas que vivimos en otras ciudades y tuvimos otra experiencia, al volver a vivir acá necesitábamos construir este espacio”, cuenta.

El martes y madrugada del miércoles, «si bien venimos trabajando hace un año, se sumaron muchas pibas más. Fue como una bisagra dentro del movimiento feminista que se está gestando acá. Nos dimos cuenta que somos muchas, que no estamos solas y que hay que salir a las calles y encontrarnos con otras”, relata, otra pequeña victoria que, a diferencia de otras ciudades, allí se haya generado un hito en la organización feminista. 

“Estuvimos juntas viendo el debate y lloramos muchísimo de alegría cuando se dio. Hablábamos mucho de sentirnos parte de un hecho histórico, mucho más grande, y nosotras como herederas de otras mujeres que fueron allanando el camino para que podamos concretar esto”, dice y agrega: “Personalmente, me pasa que para la próxima generación, como mi sobrina, no van a tener que salir por el aborto legal, ya nosotras lo logramos, quizás esté en otras luchas o haya menos y ya esté en un mundo un poco más feminista”. Concluye que pudieron “demostrar que estamos acá en Villa Ángela y también se puede construir un feminismo”. 

 

Vigilia en Chaco. Fotos: Yamila Giménez

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