La Provincia

Aimé Painé, la voz de un pueblo

Un día como hoy, de 1987, fallecía Aimé Painé, una cantante argentina de origen mapuche que dedicó su vida al rescate y difusión de la música de su pueblo. Murió en 1987, tras sufrir una hemorragia cerebral en Asunción del Paraguay, con apenas 44 años. Se le hicieron funerales de acuerdo con su rito aborigen.

Una mujer instruida y combativa que recorrió medio continente con su canto e investigaciones antropológicas, y hasta viajó a Ginebra para participar en sesiones de la Subcomisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Siempre que hablaba acerca de los horrores de la denominada “Campaña del Desierto” terminaba pidiendo que sus hermanos no pusieran el acento en el odio y el resentimiento. Explicaba que “la revolución tenía que ser cultural”.

 

UNA VIDA

Se dice que fue nieta de un gran cacique tehuelche ranquelino, el lonco Painé Ngürü. La madre de Aimé, hija de tehuelches, abandonó a su esposo mapuche, Segundo Painé y a todos sus hijos. Por eso, a los 3 años de edad Aimé fue separada de su comunidad porque su padre no podía hacerse cargo de tantos niños. Entonces fue alejada de su tierra, su cultura y sus orígenes al ser enviada a un orfanato: el Colegio María Auxiliadora de Mar del Plata. Con el correr de los meses, se destacaría en el coro de canto gregoriano.

Fueron el autor teatral Héctor Llan de Rosos y su esposa quienes eligieron adoptar a la pequeña Aimé luego de escuchar su magnífica voz. Su nueva familia la motivó a estudiar con profesores privados (guitarra, con Roberto Lara; canto, con Blanca Peralta y Nina Kabanciwa), para cumplir con su sueño de ser cantante. Era tal su amor por la música que Aimé esperaba con gran impaciencia las fiestas de Semana Santa y Corpus Christi, porque era la época de interpretar los cantos gregorianos que las religiosas le habían enseñado en Mar del Plata.

Con el tiempo, se dio cuenta que esos tonos y cantos eran muy parecidos al Taiel, una tonada mapuche, de canto tan libre y natural como religioso. A los 29 años ingresó al Coro Polifónico Nacional y descubrió definitivamente el significado de la música en su vida. Fue en un encuentro internacional de coros que justamente se realizaba en Mar del Plata cuando Aimé sintió que Argentina era un país que negaba sus raíces: cada país había preparado una obra de música originaria, menos el coro nacional. Este acontecimiento la llevó al sur a impregnarse de la espiritualidad y cultura de sus antepasados, y aprendió que la música mapuche provenía de la experiencia de cantar en un universo de soledad en el que se encontraba su tierra natal.

Painé se convirtió en la primera mujer mapuche en salir de gira con la vestimenta tradicional y en explicar su cultura y la historia de los mapuches-tehuelches a través de la música. Adaptó sus canciones con tintes regionalistas pero siempre cantando en mapu-dugun, una lengua casi extinguida y utilizando el trompe, el kultrun, los cascahuillas, la pifilca y el torompe.

Se exhibe una imagen suya en el Salón de las Mujeres Latinoamericanas en la Casa Rosada a la par de los retratos de Eva Perón, Juana Azurduy, Mariquita Sánchez de Thompson, Alfonsina Storni o Cecilia Grierson.

Los restos de Aimé Painé descansan en su ciudad natal, Ingeniero Luis A. Huergo en la provincia de Río Negro. Allí recibió sepultura de acuerdo al estilo y tradición de su pueblo.

 

 

 

 

 

 

 

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