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Argentina y Messi tuvieron su final épica y alzaron la Copa

De película. Con una actuación espectacular en todas las líneas y de ganar cómodamente por dos goles hasta el minuto 34 del segundo tiempo hasta casi perderlo en la última jugada del alargue.

Fue una final que tuvo emociones por doquier, porque hubo seis goles, porque aún con el dominio abrumador de Argentina, Francia en un pestañeo lo empató y casi lo gana y porque se jugó como lo que era. Lo más lindo fue el final, tras 36 años, Argentina pudo coronarse como campeona del mundo y Lionel Messi, el que ganó todo lo que jugó a nivel clubes y tras su quinta Copa del Mundo por fin pudo alzar el trofeo. 

Tras el empate en tres y el alargue fue victoria Albiceleste 4 a 2 en los penales. 

En lo que se cree fue su última función mundialista, Messi abrió el marcador de penal a los 23 minutos del primer tiempo y Ángel Di María, otra de las grandes figuras, estiró la cuenta a los 32 de la misma etapa.

Mbappé forzó el tiempo extra con un doblete a los 35 y 36 minutos del segundo tiempo y luego quiso los penales cuando empató 3-3 a los 117, en el segundo suplementario, después de que Messi consiguiera el 3-2 a los 109, en un mano a mano colosal entre las dos celebridades del fútbol planetario.

Miles de fanáticos de Argentina deliraron en el estadio Lusail por la esperada conquista de la selección y elevaron a Messi al plano celestial de Diego Maradona, figura omnipresente en la memoria del hincha durante toda la competencia.

Argentina, campeón ’78 y ’86, se consolidó como el cuarto país más ganador de la Copa Mundial de la FIFA después de Brasil (5), Italia y Alemania, que suman 4. Francia se quedó con 2.

El equipo de Lionel Scaloni, que ya suma tres títulos por la conquista previa de la Copa América y la Finalissima, cortó con una racha de dos décadas sin consagraciones de equipos sudamericanos.

Sin más detalles, Scaloni avisó el día previo que sabía cómo jugar el partido, qué formación disponer y qué dibujo táctico utilizar. Lo ocurrido hasta el minuto 80 fue una clara demostración que el entrenador proyectó la final a la perfección, con una soberbia actuación colectiva de un equipo plenamente consciente de la oportunidad.

Di María fue titular por primera vez en la fase final de Qatar 2022 y se convirtió en un factor clave para el desenlace del partido. Abierto por la izquierda, el rosarino se transformó en el receptor de un mediocampo fino para la circulación de la pelota y concentrado para ganar todos los duelos en su sector.

Por su sector, la izquierda, generó la jugada del penal cometido por Dembelé, a quien Didier Deschamps castigó con un cambio a los 40 minutos, al igual que al otro ausente (Olivier Giroud).

Messi, por cuarta vez en el campeonato, facturó la pena máxima con engaño al arquero Lloris y el desarrollo de la final se inclinó definitivamente hacia un equipo con deseo de campeón.

La confianza y la fluidez del juego argentino aumentó pasada la media hora y se cristalizó con un contraataque de ensueño, a un toque, con cada movimiento que pedía la jugada. Con Francia adelantado en el campo, Messi, Julián, Alexis y Di María combinaron a la carrera en 40 metros para un gol de antología.

En la segunda mitad el desarrollo mantuvo esa tendencia, con posibilidades de conseguir el tercero, hasta que comenzó otro partido, completamente inesperado por lo visto hasta ese momento.

Un penal cometido por Otamendi, en una de sus pocas fallas en el Mundial, reavivó el espíritu francés con un Mbappé obstinado en arruinarle la noche de su vida a su compañero del Paris Saint Germain.

Un minuto después del descuento, tras combinar con Thuram, Mbappé sacó un latigazo que se transformó en el suplicio del 2-2 y dejó a su equipo perfilado anímicamente para la victoria, que pudo llegar por el agotamiento del equipo de Lionel Scaloni.

ALARGUE

Argentina empezó de cero en el tiempo extra, renovó fuerzas y contó con tres chances de Lautaro, errático en la definición pero partícipe para asistir a Messi en el tercer gol que parecía el definitivo.

Sin embargo, una mano de Gonzalo Montiel, el árbitro sancionó penal y puso a Mbappé nuevamente cara a cara con Dibu y el delantero no falló para coronar un hat trick que le permitió quedar como máximo anotador del Mundial con 8 tantos.

En los penales, con la hinchada argentina de fondo, el equipo no falló, Dibu Martínez se agrandó y sucedió lo esperado por todo el mundo del fútbol: Argentina y Messi, al fin, campeones del mundo. 

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