El País

La Justicia sobreseyó a Arribas en tiempo récord

El Poder Judicial actuó en un tiempo récord, que raramente aplicaría a un “perejil”, para desembocar en la decisión de la Sala III de la Cámara de Casación Penal de confirmar el sobreseimiento del titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Gustavo Arribas, en la causa en la que investigaba si recibió sobornos por 850 mil dólares en una cuenta en Suiza vinculados con los negocios de Odebrecht en el país. En particular con el soterramiento del Tren Sarmiento.

La causa había sido cerrada por el juez Rodolfo Canicoba Corral sin siquiera tener pruebas de las operaciones bancarias que habían sido reveladas por el cambista brasileño Leonardo Meirelles en su país y que luego reveló también en Argentina, publicó el diario Página 12. El fiscal de Cámara, Germán Moldes, desistió de apoyar la apelación de su colega Federico Delgado ante la Cámara Federal y finalmente volvió a apelar Procuraduría de Investigaciones Administrativas (PIA), que nunca había sido notificada para opinar. Sin embargo, Casación decidió el viernes pasado que ese organismo sólo puede intervenir cuando son investigados funcionarios públicos pero que Arribas no lo era en la época de los hechos. La PIA ya había dicho que su función es investigar “corrupción”, no funcionarios. Para el tribunal, no importa si hubo delito.

El fallo de Casación cierra las puertas de un plumazo a la investigación, que representa una de las aristas rastreadas sobre el pago de sobornos de parte de la constructora Odebrecht. Lo firman Juan Carlos Gemignani, Eduardo Riggi y Angela Ledesma, que declaran “inadmisible”. Ese reclamos partió de la PIA, que conduce el fiscal Sergio Rodríguez, que reclamaba que dieran intervención en el expediente, no sólo por tratarse de un hecho de corrupción en juego sino porque había desistido la fiscalía ante la Cámara Federal (un paso anterior a la Casación).

El argumento de los jueces es que no hay ninguna imputación dirigida a un funcionario público, porque Arribas en 2013 –cuando se situaría la mayoría de las transferencias– no tenía cargos. Es más, Canicoba Corral había concluido que si cometió algún ilícito pudo haber sido en otra parte. Esto, ya que vivía en Brasil en ese entonces, pasando por alto qué papel pudo haber tenido en las coimas que se investigan en Argentina pero que se pudieron haber pagado con circuitos de dinero emanados en distintos lugares y donde no sólo hubo funcionarios sobornados sino pagadores de sobornos e intermediarios. Tampoco rastreó si hubo lavado de dinero. En la PIA evalúan presentarse ante la Corte Suprema.

 

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