La Provincia

Alertaron sobre los “gravísimos hechos en Colonias Unidas”

Cabe subrayar que la contaminación no es una cuestión campestre, ya que  las pulverizaciones e intoxicaciones no sólo producen perjuicios en un campo; los agrotóxicos llegan a las ciudades a través de los alimentos y del agua y hasta de los textiles. El glifosato es el producto que ha logrado la mayor y triste fama, pero no es ni remotamente la única sustancia peligrosa en esta línea.

En otro orden de cosas, remarcaron como preocupante “la ausencia y lentitud de acción e información de parte del estado frente a acontecimientos tan severos. Pero no hablamos de demoras en la asistencia a los damnificados posteriormente a los hechos consumados; lo sucedido ya es irreversible y cuanto se haga luego será lo obligatorio y lo que corresponda, sí, pero sólo un paliativo porque no restaura la salud de las personas ni del ambiente, y personas y ambiente comparten una salud integrada. Nos referimos al atraso oficial en tomar definitivamente medidas precautorias y eficaces para que no se reediten nunca más estas dolorosas circunstancias”.

EL DOCUMENTO COMPLETO GRAN PREOCUPACIÓN AMBIENTAL

La Mesa Ambiental Chaco desea hacer pública su preocupación ante los gravísimos hechos de contaminación registrados recientemente en Colonias Unidas. 
En rigor de verdad estos sucesos se dan con demasiada frecuencia en ámbitos rurales y, en este caso particular, sólo se ha difundido gracias al trabajo y dedicación de la Red de Salud Ramón Carrillo. 
La inquietud que genera lo acontecido (y que sigue aconteciendo) proviene de que no se trata ni de una novedad ni de intoxicaciones y muertes restringidas a un único punto de nuestro mapa. Tampoco en estos casos el envenenamiento queda limitado a las personas y animales presentes en el área. Bien sabemos que el efecto de los agrotóxicos impregna a todos los componentes del ambiente llegando a distancias muchísimo más grandes de lo imaginable y que en los seres vivos -humanos incluidos- se ha comprobado que produce alteraciones en el ADN, de manera que no compromete solamente la salud de las personas involucradas en ese momento, sino incluso a su descendencia, amenazada con malformaciones y retrasos; exactamente como ocurre con los animales. Lo dicho señala que no estamos ante un daño pasajero sino ante una tremenda afectación extendida y persistente en el tiempo y en el espacio. Así lo atestigua la presencia de agrotóxicos detectada en análisis de sangre o leche llevados a cabo en mamíferos del Ártico e igualmente en la sangre de aves de la Antártida, todos a muchos miles de kilómetros de las tierras agrícolas. 
Asimismo, nos preocupa de sobremanera la ausencia y lentitud de acción e información de parte del estado frente a acontecimientos tan severos. Pero no hablamos de demoras en la asistencia a los damnificados posteriormente a los hechos consumados; lo sucedido ya es irreversible y cuanto se haga luego será lo obligatorio y lo que corresponda, sí, pero sólo un paliativo porque no restaura la salud de las personas ni del ambiente, y personas y ambiente comparten una salud integrada. Nos referimos al atraso oficial en tomar definitivamente medidas precautorias y eficaces para que no se reediten nunca más estas dolorosas circunstancias. 
En tanto, para los habitantes estrictamente urbanos que supongan, con total ajenidad, que pulverizaciones e intoxicaciones sólo producen perjuicios en un campo que les queda lejano, es bueno que sepan que es muy posible que ellos también – sin saberlo- tengan alojados agrotóxicos en sus organismos, puesto que, inadvertidamente, todos nosotros los estamos recibiendo a través de los alimentos y del agua que consumimos y hasta de los textiles que usamos. El glifosato es el producto que ha logrado la mayor y triste fama, pero no es ni remotamente la única sustancia peligrosa en esta línea. 
Si quedara alguna duda al respecto, baste recordar la campaña denominada “La mala sangre”, llevada a cabo pocos años atrás por la ONG BIOS de Mar del Plata. En ella intervinieron profesionales de la salud que tomaron muestras de sangre de ciudadanos de esa localidad, todos muy relevantes y prestigiosos en diversas actividades, que llevaban una existencia exclusivamente citadina y que se prestaron a analizarse. Las muestras, que fueron dobles, se enviaron a dos laboratorios distintos y no del estado: una, a un centro muy reconocido de otra ciudad del país y la segunda a una universidad española destacada en Europa por sus investigaciones en toxicidad. Pues bien, todos, pero todos los participantes, resultaron con mayor o menor cantidad de agrotóxicos en sangre. Cabe señalar que, previamente, se les habían solicitado muestras de sangre a unos cuantos funcionarios, pero que ninguno aceptó y muchos escaparon ante el compromiso. 
Como vemos, aparte de la gravedad local de este episodio y de la vulneración de personas en particular, la sociedad entera se encuentra inerme ante una contaminación que no reconoce fronteras ni grupos de pertenencia. Inerme también ante un estado que no toma las riendas para dar un corte definitivo a esta situación. 

MESA AMBIENTAL CHACO
Conforman la MESA AMBIENTAL CHACO: Ambientalistas de la Biblioteca Popular Bernardino Rivadavia, Fundación Casco Histórico de Barranqueras, Conciencia Solidaria (ONG Interprovincial), Fundación Ambiente Total (FunAT) y Centro de Estudios Nelson Mandela.

Cooperativa La Prensa

Cooperativa de Trabajo y Consumo Ltda La Prensa

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba
Cerrar
Cerrar