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“Buscamos revalorizar las voces que están viviendo este aislamiento desde un lugar más íntimo”

A la hora en que algo se desploma surge de cinco personas que vieron en sus aptitudes personales y profesionales la oportunidad un aporte solidario. Este libro digital está a la venta hace varias semanas, con el objetivo de generar aportes económicos a comedores, merenderos y un centro de detención del Gran Resistencia. elDIARIO de la Región habló con el equipo realizador de la obra.

Este matutino entrevistó al equipo que edita A la hora en que algo se desploma, quienes comentaron de qué se trata el proyecto, cómo comenzó la idea y la recepción en la comunidad chaqueña, entre otros temas.

-¿Cómo surge la idea del proyecto?

-Con un grupo de amigas y un amigo veníamos planteándonos el rol, en esta pandemia, de las personas que pueden resistir sin mayores perjuicios el aislamiento social, preventivo y obligatorio. Consideramos siempre la cuarentena como una instancia absolutamente necesaria, pero pensábamos que quizás desde el lugar que nos tocaba, de contar con un techo, apoyo económico y emocional, podíamos utilizar herramientas a nuestro alcance para apoyar a espacios en los que no sobran los recursos.

Tenemos experiencias en gestión cultural, artes y diseño, así que nos pareció propicio usarlas en nuestro favor y armar un equipo mientras seguíamos de cerca cómo en distintas partes del país se organizaban en función de lo mismo. En eso, llega desde Buenos Aires la iniciativa de una editorial que propone la venta de una antología poética y la distribución de las ganancias a comedores escolares del conurbano bonaerense y pensamos que podíamos replicar, con algunos condimentos nuevos, parte de esa propuesta.

-¿Cómo fue la relación con la población con la que decidieron solidarizarse?

-Teníamos claro que el padecimiento de la pandemia, lo sufrirían principalmente los barrios populares. No es cierto que el virus vino a igualar las condiciones sociales: en realidad, vino a profundizarlas.

Nos vinculamos con un colectivo de personas que trabajan el hábitat con profesionalismo, pero además con mucha sensibilidad, llamado TURBA – Colectivo de hábitat. Ellos/as impulsaron un informe titulado “¿Cómo se vive la pandemia en el Gran Resistencia y en el Gran Corrientes?” y ese documento nos permitió profundizar sobre lo que estaba pasando en la ciudad y alrededores, un poco a contracorriente del planteo de los medios hegemónicos tradicionales, que inevitablemente ponen su mirada siempre en Capital Federal. A partir de TURBA, nos contactamos con Susana González, de la Fundación Amadeo Capital Humano. La organización tiene a su cargo merenderos en Resistencia, Barranqueras, Fontana. También, logramos dar con Graciela Vargas, que cuenta, junto con un grupo de personas, con el merendero y comedor “Mujeres Solidarias – Chacra 133”.

El vínculo con el comedor y merendero “Por los peques” se dio a partir de una iniciativa del Cecual en febrero, en la que dos del equipo de este proyecto participamos como voluntarias en el marco del aniversario de Resistencia. Aprovechamos esta oportunidad para seguir acompañando la trayectoria que vienen realizando en el barrio Familias Unidas.

Y por último, quisimos plantarnos y de alguna forma visibilizar la profundización del aislamiento en contextos de encierro que se dio a raíz de esta pandemia. Nos interiorizamos en cómo se padece desde adentro el miedo a la enfermedad, la imposibilidad de recibir visitas, alimentos, abrigos y contención por parte de familiares. Parte de este equipo forma parte hace un par de meses de Bandada – feminismo entre rejas, una organización local que trabaja con cismujeres, mujeres trans y travestis privadas de su libertad. Con esa organización, estamos trabajando en cuáles son las demandas actuales de las mujeres del Centro de Detención de Villa Los Lirios y en función de ellas, qué usos se dará a los recursos económicos.

-Sobre el proceso creativo: ¿cuál fue el equipo, la convocatoria de artistas y edición?

-El equipo organizador está compuesto por Ailín Carlés, Carmela Cendra Veiravé, Jorge Lencina, Lourdes Pavón y Paola Fernández Mafut, de Resistencia, y una de nosotres viviendo en CABA actualmente.

Armamos una lista interminable de artistas locales que admiramos, nos gustan y/o tienen muchísima relevancia en la región; pero como decidimos impulsar un libro breve, que pueda leerse de manera fluida en un tiempo libre. Considerando que la virtualidad nos volvió un poco dispersxs, acortamos la lista principal y nos inclinamos por priorizar la diversidad generacional, de voces, estilos y texturas artísticas.

Nuestra antología cuenta con obras de Claudia Masin, Rocío Navarro, Mercedes Alegre, Paola Fernández Mafut, Julieta Ramos, Matías Ávalos, Agustina Wischnivetzky, Sebastián Galvaliz (en textos), Lucía Bogado Espinoza, Aramí Dimartino, Esteban Levinson y Julián Kum, Lara Minhalarika, Carla Lavia, Fabián Schmidt, Luciano Rusas (en fotografías).

El título de la obra se da a partir de un poema de Masin que, con toda la apertura y sin conocernos, accedió a formar parte de nuestro proyecto sin dudarlo. Y en la misma línea, cada artista acompañó el proceso creativo de manera responsable y desinteresada -en términos económicos-, respondiendo a una consigna vinculada con la forma en que están transitando este momento. Logramos un libro sólido que conversa en la intimidad de diferentes climas.

La edición se dio en paralelo al relevamiento de espacios, al trabajo con les autores, al contacto con organizaciones y al armado de presupuestos. Nos llevó un mes y días iniciar y lanzar el proyecto: fue y sigue siendo un trabajo bastante exhaustivo, pero gratificante porque es 100% político y solidario.

-¿En qué instancia está el proyecto, como se puede aportar?

-Hace tres semanas, pusimos a la venta la antología digital. La respuesta al proyecto fue muy positiva. Las dos primeras semanas entraron muchos ingresos, ahora necesitamos seguir insistiendo con la difusión, porque si bien contamos con una base económica propicia, los espacios y las demandas son muchas y el aislamiento y las restricciones continúan.

En paralelo a las ventas, nos propusimos contactar a empresas de alimentos y elementos de higiene que quieran acompañar el proyecto con donaciones a cambio de nuestro patrocinio.

El aporte que necesitamos es concreto: la difusión de nuestras redes, la compra y recomendación del libro si les gustó, y por parte de las empresas, el apoyo a cambio de patrocinio. Pueden escribirnos en algosedesploma@gmail.com o en nuestras redes sociales.

-¿Cómo ven el rol del arte en estos momentos de crisis y cambio, y particularmente, de la palabra?

-Creemos que ya estábamos viviendo en un mundo donde se empezó a entender que el arte también es político. La pandemia obligó a todas las formas de expresión a adaptarse a la virtualidad. De ahí, surgieron fuertes crisis del orden más espiritual pero también material: la vida de miles de artistas que sostienen sus ingresos a partir de su trabajo artístico.

La palabra autorizada se volvió fundamental para el control de esta crisis a nivel mundial: científicxs, especialistas, funcionarixs de gobierno. En ese contexto, nuestro proyecto buscó que el arte local se vuelva indispensable también: ante tanta sobreinformación y palabra autorizada, quisimos recuperar además las experiencias regionales, la intimidad, dejar un poco de lado la solemnidad o el conocimiento más cientificista.

Sin despolitizar nada, buscábamos precisamente eso, revalorizar y hacernos eco de las voces que están viviendo este aislamiento y esta pandemia desde un lugar más íntimo y personal.

Podes ver la edición impresa en formato digital en este enlace: https://www.flipsnack.com/7877CF5BDC9/binder1-du3ep9ko7k.html

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Cooperativa de Trabajo y Consumo Ltda La Prensa

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