Ayer, los trabajadores del supermercado Ecónomo, ubicado en 25 de Mayo y Pueyrredón, acudieron a su lugar de trabajo como todos los días, aunque se encontraron con un panorama diferente. Las persianas bajas daban cuenta de un hecho que muchos esperaban, pero nadie deseaba.
El comercio cerró sus puertas y sus trabajadores quedaron a la deriva, preguntándose cómo conseguir el dinero que se les adeuda por indemnizaciones.
“La estamos pasando bastante mal, porque quedamos en la calle. Sabemos que la solución de quien debe actuar no va a aparecer”, afirmó a elDIARIO Andrés Acosta, quien es trabajador del supermercado.
Esa “solución” que nombra es la aparición del administrador del comercio, Matías Cucher, para arreglar los montos correspondientes a cada trabajador. “Nosotros lo teníamos claro. Desde hace tres meses sabíamos de esto. Nos lo dijo el mismo Cucher de palabra, aunque sin cartas ni notas oficiales. A partir de ahí, estábamos alerta de a dónde iba a ir a parar el dinero. Pero lamentablemente hoy no lo podemos probar, porque el negocio está a nombre de otro”, agregó.
Consultado sobre quién podría ser el verdadero dueño, Acosta sostuvo: “Solamente conocemos el nombre de ‘Emanuel’, que es alguien que siempre rondaba por el negocio”.
El supermercado Ecónomo contó con una gran popularidad a partir de ser receptor de la Tarjeta Alimentaria, su principal ingreso hasta el final. En los últimos meses, sus góndolas se mostraron semivacías, augurando su desenlace.
“En el supermercado, de los 22 que éramos allí, siete u ocho trabajaban en negro desde hace más de siete años. Nosotros sabíamos que trabajábamos por 500 pesos, y entendíamos el juego. Pero de tener 500 a cero de la nada nos pega muy fuerte. Somos 22 familias que nos quedamos en la calle, con chicos que debemos alimentar”, agregó el trabajador.
REUNIONES, SILENCIO Y VIGILANCIA
El miércoles, a sabiendas de que ayer podría ser el último día del local, los 22 trabajadores del Ecónomo se reunieron con el Centro de Empleados de Comercio (CEC) y la Secretaría de Trabajo. Este último realizó un relevamiento para conocer los datos de cada persona.
A la mañana siguiente, las persianas se encontraron bajas e inmediatamente los trabajadores llamaron a una reunión. De la misma formaron parte el asesor legal del CEC y funcionarios de la Secretaría de Derechos Humanos, donde se recomendó a los ahora desempleados iniciar las demandas en forma particular.
Para no entrar en esa burocracia “que podría llevar cuatro, cinco o seis años”, los 22 trabajadores acordaron con Cucher una asamblea para buscar solucionar el conflicto, a la que el administrador no asistió.
“Prácticamente nos vamos a terminar defendiendo individualmente, cada uno con su abogado, porque quienes nos hablaron durante la mañana, de Derechos Humanos, prometieron cosas que todavía no pasaron. El Gobierno debe intervenir con más fuerza, porque necesitamos su mano”, afirmó Acosta.
El mismo adelantó que hoy a primera hora harán llegar un petitorio a Casa de Gobierno para pedir una asamblea con el gobernador, Domingo Peppo. Mientras tanto, el grupo de trabajo completo decidió pasar la noche en la puerta del local, para evitar así que los dueños puedan retirar los bienes materiales que todavía quedan en el lugar.
