La Provincia

Manader: “nunca fui guardador de presos”

“No tengo nada que ver. Siempre estuve en robos y hurtos, nunca fui guardador de presos. Nunca me interesó saber del área restringida ni de los calabozos. Siempre trabajé solo, en la calle”. Palabras del imputado Gabino Manader durante su declaración el jueves por la mañana, en la quinta jornada de la Causa Caballero II en el Tribunal Oral Federal de Resistencia.Manader, 75 años, casado, padre de dos hijos y condenado a 25 años de prisión por 25 hechos de tortura en una causa anterior (Caballero I) negó las imputaciones que figuran en el expediente, insistió al igual que los demás imputados en pedir la nulidad del juicio en base a una recusación al juez de instrucción, y cuando se le pidió que responda o declare sobre los hechos concretos de la causa se limitó a ratificar sus declaraciones anteriores. Además, negó haber trabajado de modo conjunto con el Ejército.  Luego de finalizada la declaración de Manader fue el turno de José Rodríguez Valiente, que terminó la suya, que había quedado inconclusa en la audiencia anterior, con la entrega de un certificado de curso realizados en 1980, cuatro años después de los hechos que se investigan. Por superposición de fechas de varios procesos en los que intervienen tanto los jueces como las partes, la audiencia pasó a cuarto intermedio hasta el jueves 8 por la tarde,  a las 17 h,  y no el viernes 9 como estaba previsto. Concluida la etapa de declaraciones de los imputados se espera que alrededor de 40 testigos, (directos y de contexto) pasen por las audiencias para brindar su testimonio sobre los hechos que se investigan; tormento psíquico y físico agravado por la condición de detenido político de la víctima, privación ilegítima de la libertad, desaparición forzada de personas, y un caso de violación tomado como crimen de lesa humanidad a pedido de la Fiscalía, hecho inédito en el procesamiento global al genocidio en la región.

UN CABECILLA

Casualidades de la historia, o no tanto, Manader nació el 16 de septiembre,fecha que remite en Argentina de modo ineludible a dos hechos emblemáticos de la represión a las luchas populares, como lo fue el golpe de estado de 1955 y la Noche de los lápices, en 1976.Si bien en el organigrama formal de la Brigada de Investigaciones revistaba como sub oficial mayor en la oficina de Robos y Hurtos,  Gabino Manader fue uno de los jefes de la “Patota de Investigaciones”,  es decir, el grupo de tareas conformado por militares y policías que tuvo como sede el área restringida de la Brigada de Investigaciones de la Policía,  y que realizaba los operativos clandestinos contra opositores políticos al gobierno de facto. Varios testigos lo recuerdan por su entusiasmo en la aplicación de torturas y vejaciones a detenidos, ante quienes se jactaba de haberse instruido en métodos de contrainsurgencia en diversos sitios, como el Paraguay del dictador Alfredo Stroessner. “Decía que era un agente especial, como James Bond” tal como relató en su testimonial en aquel proceso un sobreviviente. Algo de esa sobrevalorada imagen de si mismo pudo percibirse en su declaración; “Tengo 17 años de calle, tuve enfrentamientos armados, fui herido,  felicitado en Jefatura con formación de tropa y ascendido en reiteradas oportunidades. Siempre trabajé sólo porque conocía las villas, donde me metía a las 4 de la mañana a sacar delincuentes peligrosos” precisó.Si embargo, cuando querellantes y fiscales le pidieron detalles del funcionamiento de la Brigada y del área destinada que se organizó allí para situar a los detenidos políticos, alegó una total ignorancia en el tema. “Desconozco,  no me interesó que sucedía en los calabozos, nunca supe de una área restringida, si lo supiese lo diría” se defendió. Siguiendo la misma coartada, su desconocimiento llegó al punto de no saber ni siquiera el nombre los agentes que se encargaban de las celdas, quizás porque se trata de los mismos sujetos que presenciaban su declaración con gesto adusto, flanqueados por los guardias penitenciarios, y con varios de los cuales comparte imputación y condena.

“LA PATOTA” DE LA BRIGADA

Los otros imputados en la causa son Albino Borda, Jorge Ibarra, (suboficiales de Policía), el ex sargento de la Policía Ramón Meza, (munido de un bastón, con notorias dificultades auditivas y de gesto  somnoliento durante casi la totalidad de las audiencias) Enzo Breard, cabo primero, y José Marin, también ex sargento de Policía, y otrora uno de los pegadores más sádicos bajo el alias “Cabo Sotelo”; aficionado a ejecutar un acordeón durante las sesiones de tortura. A esta lista de policías se suman  los militares Josè Tadeo Betolli (Teniente Coronel  del Ejército)  y Luis Patetta (Teniente Primero)  quienes siguen los debates por videoconferencia desde el penal de Marcos Paz, donde Bettolli purga 25 años por torturas (Caballero I) y Patetta el combo de igual suma para la mencionada causa más una reclusión perpetua por su participación en la Masacre de Margarita Belén.  El caso de Albino Borda, de rasgos similares a Luis Alberto Patetta,  reviste especial interés, en tanto es a quien se le imputa la violación de una detenida política.

 

 

 

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