El Tribunal Oral condenó a prisión perpetua a tres de los 14 policías imputados por el crimen de Lucas González, el futbolista de Barracas Central asesinado a tiros en noviembre del 2021 cuando salía de un entrenamiento, tras casi cuatro meses de debate, 18 audiencias y 50 testigos.
Se trata del inspector Gabriel Alejandro Isassi (42), el oficial mayor Juan José López (48) y el oficial Fabián Andrés Nieva (38), miembros de la División Brigadas y Sumarios 6 de la Comuna 4 de la Policía de la Ciudad, quienes dispararon contra el auto en el que viajaba Lucas, de 17 años, y después intentaron plantar un arma en la escena del crimen.
Se los condenó como coautores de “homicidio quíntuplemente agravado por haber sido cometido con alevosía, por placer, por odio racial, por el concurso premeditado de dos o más personas y por cometerse abusando de su función o cargo por un miembro de una fuerza policial”.
La pena también contempló el intento de homicidio y privación ilegítima de la libertad de Joaquín Zúñiga (19), Julián Salas (19) y Niven Huanca (19), los amigos de Lucas.
Además, otros seis policías recibieron condenas menores (de cuatro a ocho años) por encubrimiento y alteraciones de pruebas, y los cinco restantes fueron absueltos (recuperarán la libertad rápidamente).
Los jueces Ana Dieta de Herrero, Daniel Navarro y Marcelo Bartumeu Romero, a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 25, leyeron el histórico veredicto (es la primera vez que se castiga en Argentina por «odio racial»).
¿CÓMO PASÓ?
Lucas González y sus amigos fueron atacados a balazos el 17 de noviembre de 2021 cuando salieron de entrenar del club Barracas Central y regresaban a sus casas a bordo de un Volkswagen Suran y fueron interceptados por un Nissan en el que circulaban tres policías de la Brigada 6 de la Comuna 4.
Como no tenían identificación policial, los chicos pensaron que podían ser ladrones e intentaron escapar, momento en que los efectivos les dispararon y dos balazos impactaron en la cabeza de Lucas, quien murió al día siguiente en el hospital El Cruce de Florencio Varela.
Los menores, en tanto, fueron esposados y trasladados en calidad de detenidos, donde fueron liberados al día siguiente tras determinar que no se trataban de delincuentes sino de adolescentes que habían salido de un entrenamiento de fútbol.
