El pasado viernes la fundación Encuentro por la Vida convocó a medios de comunicación para explicar en detalle la situación estructural de la obra de control de Rio Negro, que protege a todo el gran Resistencia de posibles inundaciones.
Allí, el referente Ramón Vargas explicó que “La Obra de Control del Río Negro, que impide el ingreso de las crecientes del Río Paraná en el área urbana, nunca fue inaugurada por ninguna gestión, y a los pocos años de su construcción comenzó a mostrar señales preocupantes”.
En ese marco, indicó que, en marzo del 2010, desde la Fundación se dio una alerta del estado crítico de la obra, que fue corroborada por un grupo de expertos del Banco Mundial, que dejó una serie de recomendaciones para el correcto mantenimiento y operación de la obra.
“En julio del 2016, denunciamos el hundimiento del terraplén en una de las alas de la obra de control que fue desechado y tapado inmediatamente. El deterioro se extendió a ambas alas del canal de descarga y fueron nuevamente tapadas, sin dale mayor significación», explicó.
En 2017 con intervención ante la Defensoria del Pueblo, la fundación denunció los reiterados hundimientos de la obra.
Luego de estas denuncias, la fundación mantuvo reuniones con APA, donde “se nos afirmó que se contrataría la asesoría de la Facultad de Ingeniería de la UNNE y se haría un convenio con el Organismo Regulador de Seguridad de Presas (ORSEP). Nada de esto se cumplió” aseguró Vargas.
“En agosto del 2022 luego de otra reunión con el Defensor del Pueblo, un grupo de ONGs y algunas autoridades de la APA, solicitando información sobre la obra, y mediante una sentencia judicial que obligó a las autoridades de la APA a entregar la documentación comprometida se les informó de que se preparaban licitaciones para reparar el canal de descarga y para reconstruir el edificio que contiene las celdas y demás infraestructura. La información de base es incompleta y solo toma tres batimetrías en el área socavada que son del 2017, 2018, y 2019. Cuando también se tendría que contar con los años subsiguientes. Tampoco se han realizado consultas con los proyectistas y constructores para recabar su opinión”.
“De hacerse la intervención propuesta en la licitación, no podremos saber si los problemas que han surgido, principalmente en el canal de descarga se deben a un mal diseño, mala construcción, o mala operación de la obra. En uno de los textos obtenidos gracias a la sentencia judicial se indica que los procesos erosivos de fuga de materiales no solo afecta el blanket debajo del canal de descarga, que estaría protegido por colchonetas de piedra, sino que ya afecta las lozas de hormigón que se encuentran unos metros antes de la zona de compuertas”.
Por último, sostuvo que «nuestras denuncias del 2010 y del 2016 aún siguen en pie y cada día que pasa aumenta el grado de riesgo al que estamos sometidos los habitantes del Gran Resistencia. Por ello es que pedimos no desoír nuestro llamado de atención en defensa de nuestro patrimonio común: el río Negro y sus lagunas. Cada día que pasa nos juega en contra. El Niño se acerca y la probabilidad de crecientes aumenta” finalizaron.
