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Denuncian violencia policial femenina durante un evento

Una joven denunció que, el sábado pasado, un grupo de 40 mujeres de la Policía del Chaco ejerció violencia física y verbal –además de no brindar información sobre el operativo- a un grupo de 150 muchachas retenidas que se encontraban en un predio a las afueras de la ciudad.

Durante el fin de semana pasado, fue de público conocimiento el operativo policial en el que más de 70 efectivos policiales irrumpieron en una reunión que se desarrollaba en un establecimiento conocido como Granja “La Misericordia”, en la zona sur de Resistencia, con el objetivo de desalojar la aglomeración de personas en el marco de las restricciones por la covid-19.

“No se sabía que iría tanta gente. La ubicación se pasa en el día. No hubo una lista, solamente se pasó por contactos. Yo llegué temprano, no había tanta gente. No era previsto que acudan tantas personas. La entrada se compraba en puerta, me salió $700 y la Policía agarró todo lo recaudado” precisó una muchacha que asistió al evento a elDIARIO de la Región.

Al lugar se ingresa en la altura del kilómetro 1016 de la Ruta Nacional N° 11. El establecimiento pertenece a la jurisdicción policial de la Comisaria de Puerto Tirol. “Tenías que agarrar un camino de tierra. Eran hectáreas y hectáreas de campo. Seis o siete kilómetros de monte” detalló la joven.

En la madrugada del domingo 13 se registraron siete grados a la intemperie. Según el reporte policial, cerca de las 3 de la mañana llegaron al establecimiento donde se encontraban aproximadamente 500 personas, aunque no hubo un registro oficial de los asistentes.

Sobre el arribo policial, la entrevistada relató: “Entraron a las patadas gritando ` ¡Al piso! ´. Con escopetas, apuntando a toda la gente. La mayoría de las policías eran mujeres de las fuerzas especiales. Yo estaba sentada en la orilla de una piscina con una amiga. En dos segundos, ya estaban en frente mío. No los conocía hasta ese momento”.

“Me acosté en el piso. Les quería pedir mi celular y mis pertenencias, pero no me dejaban pararme. Me ponían la pierna en la espalda para que no me levante. Después, como que me arrastro para buscar mi celular. De tan nerviosa que me puse, se me aflojaron las piernas. Ya estaba temblando porque pasó todo muy rápido” acotó.
En ese momento, “cortaron la música”. “Tiraron gas pimienta. Había gente llorando. Agruparon a todas las chicas de un lado y todos los chicos del otro. Todas las chicas estaban llorando. Había algunas que estaban entrando en ataques de pánico porque nadie nos explicaba nada. No había información” recordó la mujer, que prefirió el anonimato.

“Fue como un secuestro donde vos no tenías que alzar la mirada porque eran capaz de llevarte al monte a solas. Nadie de los invitados hizo algo violento. Había una chica que estaba hablando simplemente de sus Derechos. De qué pueden hacer y qué no. Nada fuera de lugar. A ella la tenían acostada en el barro, le pisaron la cabeza, las piernas como cuando pisas un cigarrillo. La esposaron a un poste, la amenazaron. Fue horrible. La maltrataron mucho” lamentó.

En declaraciones off the record, indicó: “Nos tuvieron como una hora arrodilladas en el pasto, a la intemperie. Fue feo porque no sabíamos cómo íbamos a terminar. Queríamos que alguien nos explique en voz alta si nos iban a retener, si necesitaban nuestros documentos. Hubo mucha violencia de parte de ellos, que no era necesaria”.
“Yo no estaba alcoholizada. Tenía una botella de agua que compré dentro del predio. Estaba tranquila, pero había chicas muy asustadas con las rodillas en el piso una hora bajo el frío, acalambradas. Si te sentabas, hablabas o las mirabas, las policías te retaban. Primero nos dijeron que nos iban a hacer un acta por incumplir las normas, pero ni siquiera nos pidieron el DNI. A una chica la tenían de los brazos y, como tenía pollera, se le vio la cola” sumó.

Todos los autos que estaba adentro del predio fueron secuestrados. En cuanto a ello, la entrevistada precisó: “Nos dejaron salir de a 10, a las 6, y todos empezaron a llamar remises y a sus familiares. Nosotras éramos 4 mujeres, volvimos caminando prácticamente en el monte hasta encontrar uno libre. El remis nos cobró $1700”.
La joven reprochó “La falta de ética de la policía y la violencia. Nadie se resistió o salió a correr. Tendría que haber terminado todo luego de dar con los responsables. Fue excedido y escalofriante. Pensé ´Hoy no vuelvo a casa´, que nos iban a matar, que alguien desaparecería”.

“¿Por qué actúan de esa manera? Puro miedo, muy invasivo. Cero empatía y seguridad. Eso hacen cotidianamente y fue verlo con los propios ojos. Si sabía cuántas personas iba a ver, no creo haber ido, pero el virus puede estar hasta en una juntada familiar” cerró.

Cooperativa La Prensa

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