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Dos científicas galardonadas con el Nobel de Química por investigación sobre edición genética

Emmanuelle Charpentier y Jennifer Doudna ganaron el premio Nobel de Química por el desarrollo de un método "edición genética" que podría reescribir el código de la vida, contribuyendo a nuevas terapias contra el cáncer y mejorando las perspectivas de curar enfermedades hereditarias.

La genetista francesa Emmanuelle Charpentier y su colega estadounidense Jennifer Doudna fueron galardonadas este miércoles 7 con el Premio Nobel de Química por sus investigaciones en un poderoso método que permite hacer cambios en la estructura del ADN de animales, plantas y microorganismos con altísima precisión. De este modo han demostrado cómo ciertos elementos del sistema inmunológico de bacterias y arqueas (microorganismos procariotas unicelulares) podían ser modificados para “editar” la estructura de su ADN. Esto, dijo el Comité del Nobel, permitió “reescribir el código de la vida”. El método CRISPR ha contribuido a hacer a los cultivos más resistentes a las plagas y la sequía y al desarrollo de nuevas terapias contra el cáncer.

Charpentier, de 51 años, del instituto Max Planck alemán, y Doudna, de 56,de la Universidad de Berkeley, California, presentaron su revolucionaria investigación en 2012 y  se convierten así en la sexta y séptima mujer que ganan un Nobel de Química desde 1901 y en las primeras en compartir ese premio de ciencia.Sus nombres se unen a la labor de científicas como Marie Curie, que lo ganó en 1911 (en 1903 había ganado el Nobel de Física, hecho inédito en la historia y que no se ha repetido) , y más recientemente, Frances Arnold, en 2018.Se trata de la primera vez desde 1964, cuando la británica Dorothy Crowfoot Hodgkin ganó el premio en solitario, en que no hay ningún hombre entre los ganadores del Nobel de Química.

METODO REVOLUCIONARIO
«Esta tecnología ha tenido un impacto revolucionario en las ciencias de la vida, está contribuyendo a nuevas terapias contra el cáncer y puede hacer realidad el sueño de curar enfermedades hereditarias», indicó el jurado de Estocolmo en el comunicado del anuncio.

«Para comprender de qué se trata este método hay que remontarse al descubrimiento del Crispr, un acrónimo de un nombre muy largo en inglés, que fue realizado en 1995 por el español Francisco Mojica, un científico que trabaja con bacterias», explicó Hernán Dopazo, investigador de Conicet y docente de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA.  Dopazo sostuvo que Mojica descubrió «que en el ADN de las bacterias había una región que llamaba la atención por su distribución y porque tenía secuencias genéticas que pertenecían a virus, plásmidos (que son como parásitos de las bacterias) y otros organismo, es decir que no le eran propias; a esa región la denominó Crispr».
«Su hipótesis fue que la bacteria tenía estos pedazos de otros organismos en su ADN porque se los corta cuando entra en contacto y los guarda como memoria para su sistema inmune; entonces si en un futuro reconocía algo igual lo iba a ‘cortar’ y de esa manera evitaba la replicación», detalló Dopazo, quien también es fundador y Director Científico de Biocódices S.A.

 

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