El Centro de Atención a Víctimas de Violencia (CAVV) realizó su primera jornada de organización y protesta ante la falta de presupuesto en políticas públicas de género de la Provincia. La semana pasada habían convocado a organizaciones de mujeres y feministas para poner en común la situación particular del centro y la agenda en géneros en general. De eso surgió una primera convocatoria que se concretó el viernes con la asistencia de varias organizaciones sindicales, sociales y feministas.
El equipo profesional, conformado mayormente por mujeres, había denunciado precarización total: “Enfrentamos una situación de abandono. Tenemos la permanente inseguridad de no saber qué va a pasar con nosotros. Aguantamos tres años, pero últimamente nuestras compañeras se están enfermando”. Indicaron que no pueden dejar de brindar el servicio elemental que realizan pero tampoco dejar de visibilizar la precarización laboral y violencia institucional que implica trabajar en esas condiciones.
El viernes, remarcaron: “Queremos brindar un buen servicio y para eso necesitamos recursos que acompañen. Cada vez tenemos mayor demanda y por eso necesitamos mayores recursos. Se vinieron dando varias propuestas pero todavía no hubo nada concreto”. Lo cierto, es que desde Gobernación confirmaron el contrato para la única abogada del equipo y recientemente la renovación del edificio donde trabajan, en López y Planes 157.
El equipo pidió a las personas presentes “el acompañamiento para que estas propuestas confluyan”. Para eso, indicaron que se reunirán todos los viernes. “Ya que el Estado no responde, desfinancia y atenta contra nuestros cuerpos, nuestros deseos y nuestras decisiones, poder ponerle organización feminista a su no respuesta”. Hablaron de tratar por día diferentes leyes y protocolos implementados “a medias y revictimizando a las personas que han sufrido violencia con un equipo que no tiene ni personal ni tiempo ni cabeza para atender”.
El viernes, la secretaría de Género de ATE Chaco propuso pintar la fachada deslucida del Centro y realizar una olla popular. “Cuando decimos que no queremos más precarizadas, también hablamos de las compañeras del CAVV”, indicaron.
