Derechos Humanos
Tendencia

Causa VII Brigada de Infantería: la reconstrucción histórica para lograr justicia 

Se completó en Corrientes la tercera jornada de audiencia en el juicio oral por crímenes de lesa humanidad con el testimonio de sobrevivientes del terrorismo de Estado y de Juan Carlos Fernández, coordinador del RUV. 

El lunes 7 inició el juicio oral por crímenes de lesa humanidad “VII Brigada de Infantería”, en la ciudad de Corrientes. Continuó durante la mañana del jueves pasado con más testimoniales entre las cuales se destacó la de Juan Carlos Fernández, militante de derechos humanos, coordinador del Registro Único de la Verdad de la Comisión Por la Memoria Chaco, que compartió su historia de vida como hijo del militante desaparecido Eduardo Lalo Fernández, y de la exdetenida política Gladis “Bebi” Hanke. Un testimonio con el compromiso de aportar elementos de utilidad para “reconstruir la memoria y la verdad histórica y que estas le sirvan al tribunal para impartir justicia” como lo definió el declarante cuando respondió al presidente del Tribunal Fermín Amado Ceroleni cual es su interés en este proceso.

Cabe recordar que este juicio oral investiga casi un centenar de casos de secuestros, torturas y desapariciones cometidas bajo la jurisdicción de la Brigada de Infantería VII con asiento en la ciudad de Corrientes y poder de decisión sobre la planificación represiva y operativos sobre la citada localidad y también en Misiones, Chaco, y Formosa. Es por ello que la causa representa un cuadro de cómo se planificó, organizó, funcionó, y ejecutó la represión en toda la región. Los imputados son Pedro Armando Alarcón, José Emilio Mechulán, Abelardo Palma, Eduardo Antonio Cardoso, Abelardo Carlos De la Vega, Raúl Horacio Harsich, Alfredo Carlos Farmache, Juan Carlos De Marchi, Horacio Losito y Raúl Alfredo Reynoso, todos integrantes la subzona Corrientes del área militar 231. Algunos de los procesados, ocuparon cargos decisivos en ella, otros integraron los grupos operativos pertenecientes al Ex Regimiento Nº 9, la Jefatura local de Policía provincial y de la Gendarmería Nacional, que no habían sido individualizados en otras causas ya juzgadas.

Este proceso comenzó el lunes y las audiencias se realizan en la sede del Tribunal Oral Federal de Corrientes ubicado en Pellegrini y La Rioja de la capital provincial, y por videoconferencia ya que algunos de los imputados residen en otras jurisdicciones

En esta última jornada también declararon los exdetenidos políticos Pablo Buscemi, Juan Vilouta, Roberto Parodi Ocampo y Juan Casanova. Todos ofrecieron una sólida descripción de cómo funcionó el sistema de represión ilegal del genocidio; detenciones sin órdenes judiciales de ningún tipo, secuestros y tortura y condiciones de hacinamiento, con nula atención médica o posibilidad de higiene y una alimentación deficiente.

Juan Carlos Fernández

En un “enroque” que evidencia mucho de la constancia en el impulso al proceso de juicio y castigo al genocidio por parte de organismos de derechos humanos, en 2010 fue Juan Carlos, junto con muchos otros, quien asistió a la declaración testimonial de su madre Bebi Hanke en el juicio por la Masacre de Margarita Belén; en la audiencia de la fecha los papeles se invirtieron y ahora la madre escuchó al hijo.

“Tengo a mi padre desaparecido y nací en cautiverio. Quiero decir muchas cosas y diré lo que pueda” fue como se presentó ante el tribunal y las partes Juan Carlos Fernández, oriundo de Goya, Corrientes, nacido en cautiverio 46 años atrás, ingeniero en Sistemas de Información, docente universitario, coordinador del Registro Único de la Verdad de la CPM Chaco.

El juicio comenzó el lunes 7 y las audiencias se realizan en la sede del Tribunal Oral Federal de Corrientes.

En la media hora que duró su testimonio, con gran entereza y emoción describió el itinerario de sus progenitores y en consecuencia el suyo: “Mi mamá y mi papá se conocieron en Goya a fines de los sesenta, en el ámbito de la militancia juvenil de grupos de la Iglesia y de la pastoral social”.

Contó que la última vez que la pareja se vio fue a principios de agosto de 1976, cuando tuvieron separase por motivos de seguridad, con la represión genocida desatada en pleno esplendor. Ella regresó a Bella Vista, promediando el embarazo de Juan Carlos. Allí fue detenida de todos modos – sin orden judicial- en septiembre de 1976, en un operativo en el que intervino el militar Horacio Losito, y trasladada primero a Corrientes capital, donde pasó por la Policía Federal, luego el RI9 y por último el instituto Pelletier, un internado religioso donde eran confinadas detenidas políticas y presas comunes.

Bebi Hanke

A fines de enero de 1977 bajo la rigurosa vigilancia del Ejército Bebi Hanke dio a luz en el hospital de Corrientes el 31 de enero de 1977. El 14 de septiembre de 1977 fue trasladada al penal de Devoto en Buenos Aires,  junto con otras presas de Chaco y Misiones vendadas, maniatadas y bajo amenaza de ser lanzadas al río, quedando Juan Carlos al cuidado de las detenidas en el Pelletier, hasta que su abuela se enteró de la situación y acudió a buscarlo.

“Mi partida de nacimiento señala como dirección de mi primer domicilio una cárcel. Gracias a la insistencia y a los reclamos de mi abuela Genoveva se logró que yo fuera inscripto y bautizado en el Pelettier y no soy uno de los más 300 nietos y nietas sin identidad y a los que al día de hoy seguimos buscando”.

“La única foto que tengo de bebé es la que me sacaron ese día, con la misma cara de serio que al día de hoy me recriminan mis hijas”. Tiempo después se le concedió un régimen de libertad vigilada y Bebi regresó a la casa materna, donde eran habituales las “visitas” de la Policía. “Yo tenía casi un año de edad y recomponer el vínculo con mi mamá llevó un tiempo. Tengo recuerdos de los operativos policiales en la casa de mi abuela, los agentes entrando y revolviendo todo, mi mamá llorando, hubo una vez que nos robaron una caja en la que teníamos fotos…”. “Todo esto es parte de la reconstrucción que pude hacer, y teniendo 46 años hay cosas… situarse como víctima evoca el dolor”, afirmó ante el silencio reverencial de toda la sala de audiencias.

Lalo

De Eduardo “Lalo” Fernández se sabe que llegó a Resistencia en la misma época, y dónde desaparece. Hay indicios de que haya estado en la Brigada de Investigaciones y por la inexistencia de datos, y cercanía con la fecha, se especula con la posibilidad de que sea uno de los militantes asesinados en la Masacre de Margarita Belén cuyos nombres nunca fueron “blanqueados” como detenidos por parte del gobierno genocida.

“Rescatar la figura de mi papá es importante, cuando fue detenido y desaparecido mi viejo tenía menos de la mitad de la edad que tengo yo. Reconstruir todo esto es un proceso que lleva toda la vida. Sentarme acá es hacerlo como el hijo de un desaparecido, y siempre lo supe. Todas las personas que lo conocieron me hablaron me hablaron muy bien de él. Mi abuela no podía, era una forma de aplacar el dolor”.

Luego leyó la poesía “A vos compañero”, escrita por su padre a los 19 años y en la que plantea el desafío de militar por la transformación social y el precio a pagar por ello en un contexto de persecución y dictadura. Hacia el final de su declaración Juan Carlos señaló; cuando nació mi primera hija, y escuché su voz, lo primero que pensé fue ‘mirá lo que se perdió mi papá, y entonces mi hice una promesa: voy a darle todos los besos que él no pudo darme a mí’.

Así culminó su declaración, que fue saludada con un ruidoso aplauso por parte de la “barra de la memoria” presente en la sala y ante lo cual el tribunal declaró un cuarto intermedio, no sin antes amonestar la manifestación de apoyo y ordenar su cese. Pero lo que no cesa es este juicio, el cual se reanudará el 23 de agosto, con más testimoniales, y la expectativa de sumar una nueva condena al genocidio en la región.

Etiquetas

Cooperativa La Prensa

Cooperativa de Trabajo y Consumo Ltda La Prensa

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba
Cerrar
Cerrar