Durante la jornada, declaró la séptima y última testigo vía web, debido a que el jueves no pudo hacerlo por problemas de conectividad.
Si bien se esperaba que el imputado haga uso de la palabra, beneficio que se negó a utilizar en el inicio del juicio antes de que comiencen las testimoniales, volvió a abstenerse a declarar.
Desde sectores que acompañan a la víctima, habían destacado que era llamativo que el acusado precise declarar ante el Tribunal, una vez que ya lo hicieron todas las testigos propuestas por la querella.
Una de las estrategias de la defensa sería intentar desprestigiar el acompañamiento y la contención del Colectivo de Mujeres a la sobreviviente durante el proceso.
En la tercera audiencia el abogado de Soto, Jorge Barboza, atacó a las testigos cuestionando su capacidad profesional y de acompañamiento en casos similares como los que se juzga.
Cabe mencionar, además, que la mayoría de quienes brindaron su testimonial son colegas de Soto y, por consiguiente, es necesaria una condena acorde a la magnitud del delito y para quien brinda un servicio comunicacional a la ciudadanía.
A la par, el periodista de no librarse su detención inmediata tras la esperada sentencia, se pondría en riesgo la vida y la integridad de las colegas que declararon en su contra.
Es importante destacar, además, que la defensa no presentó testigos. Por tal motivo, se espera que base sus alegatos en las declaraciones de las testimoniales propuestas por la querella.
LA CAUSA
A principios de 2018 se conocía una denuncia contra el entonces estudiante de la licenciatura en Comunicación Social de la UNNE y periodista ya en ejercicio, Federico Soto.
La sobreviviente al momento también era estudiante de la carrera y el caso motivó la organización de estudiantes y profesoras, para acompañarla y contener las otras situaciones similares que se dieron a conocer.
Sucede que este hecho no sería el único en el cual Soto violentaría a una compañera de carrera.
En el 2017 y en el marco de un viaje institucional universitario a Chile, una situación de hostigamiento sucedió contra una entonces alumna por parte del periodista.
A la fecha, Soto ya era un movilero reconocido de la cadena Radio Dos y cubría cuestiones de género. Tras la visibilización de la denuncia, la emisora no se manifestó al respecto.
Simplemente lo corrieron del ojo público y continuó trabajando en la sección web. Conforme pasaban los años él difundiría entre colegas en sus espacios de trabajo, la falsa noticia de su sobreseimiento.
A la par, intentaría volver a cubrir casos de violencia de género, como cuando en el 2021 y en plenas audiencias del conocido juicio como “Abuso sexual grupal de Caá Catí”, buscaría por todas las formas siendo muy insistente con la querella, conseguir una entrevista personal con la denunciante del caso.
La magnitud del caso es tal, que el hecho motivó la creación del aún vigente “Protocolo institucional ante situaciones de discriminación y violencias de género u orientación sexual”.
