Luego de las subas de margarinas, grasas, harina, gas, plásticos, entre otros factores, la Federación de la Industria del Pan (FAIPA) sugirió un alza a todas las provincias de entre 8% y 13% en todos los panificados. ElDIARIO de la Región se comunicó con Diego Ballesta, presidente del Centro de Industriales Panaderos, quien confirmó que el aumento a nivel nacional también se aplicará en Chaco. “No fue a partir de un determinado momento, es un proceso. La semana anterior empezaron algunas panaderías, esta semana se sumaron otras y el lunes se completaría el resto. Cada panadería maneja distintos precios. Más o menos va a ser un aumento de $10 y $15 por kilo en el producto que venía comprando cada cliente” detalló.
SE MANTIENE EL PAN SOCIAL
Ballesta mencionó la existencia de un acuerdo entre el Gobierno del Chaco y el Centro de Panaderos, que viene produciendo un pan social a $99 el kg en 80 establecimientos de la provincia. “Ese pan no va a tener aumento hasta el 30 de junio. Estamos en conversaciones para saber cómo va a seguir, pero por ahora se mantiene” aseveró.
“La diferencia entre ese pan social y el que compra la mayoría de la gente reside solo en la cantidad de piezas que entran en el kg, porque la calidad es la misma. Se trata de un precio que se acordó. Para saber qué panaderías están adheridas a este pan social, el cliente debe observar en frente del establecimiento o en las paneras un cartel estatal que especifica que venden a ese precio” acotó.
FACTURAS Y OTROS DULCES
El incremento se da principalmente en el pan, pero también afecta a biscochos dulces y facturas. “A decir verdad, el aumento más importante de este año fue de las grasas y margarinas que se utilizan para esos productos. Ha habido un aumento aproximado del 150% en esas materias. Estábamos pagando menos de$ 2000 una caja de grasa y ahora está más de $4000” comentó el referente de los trabajadores panaderos.
CONSUMO INTERANUAL
“Como el poder adquisitivo de la gente no se acomoda, se resiente. Antes de empezar la pandemia, veníamos con movimiento normal de gente. Cuando se cerró abruptamente la circulación, se redujo al 50% el ingreso de personas que ingresaban a las panaderías” recordó Ballesta.
Además, al comienzo de la cuarentena, mucha gente comenzó a producir su propio pan. “Hubo un fuerte incremento en las ventas de harinas en los supermercados porque la gente pasó a hacer el pan sin salir de sus casas. Esa fue una reducción muy brusca y un golpe muy duro. Con el tiempo, la gente comenzó a circular y eso hizo que subieran las ventas, pero de ninguna manera llegaron a alcanzar el volumen de lo que estábamos vendiendo a principios de marzo del 2020 acotó”.
INDICADORES DE PRECIOS
Por último, Ballesta argumentó que “Somos pequeñas empresas, no indicadores de precios. Cuando termina la cosecha, el trigo queda en manos de 3 o 4 grandes acopiadores. Ellos son los que forman el precio a su antojo porque tienen el stock”.
“Nosotros, en cambio, compramos la grasa para una semana. No tenemos reservas. Somos pequeños empresarios que no concentramos el monopolio. Si los insumos nos vienen con incrementos, tenemos que trasladar eso al precio del producto” cerró.
