A una semana de haber frenado la producción, ayer los socios de la cooperativa de trabajo Fibranor a cargo de la planta hilandera de Fontana suspendieron por completo las actividades de la fábrica y cerraron sus puertas por tiempo indeterminado. La forzosa medida se debe al acumulamiento del producto final y el acelerado aumento de la materia prima, nada menos que el algodón producido en la región, lo que hace imposible adquirirla; esto a contramano del consumo que en el mejor de los casos se mantuvo al nivel del año anterior.
“Esta situación es crítica, una de las peores de los últimos años”, sentenció Jorge Batalla, a un año y medio de haber recuperado la empresa junto a sus 70 compañeros y conformado la cooperativa de trabajo que hoy sustenta a sus familias. “En 2015, había una producción aceptable y rentable, después de la devaluación comenzó a caer. Hoy por hoy, no podemos trabajar”, señaló.
En contacto con elDIARIO de la Región, Batalla sostuvo que “hoy por hoy, si no hay ayuda del Gobierno”, Fibranor “no podrá seguir trabajando”. En esa línea, aseguró que aún no han tenido respuesta por parte del Ejecutivo respecto del pedido de audiencia con el gobernador, Domingo Peppo, en los meses que lleva de gestión. Esperan la promesa de ser recibidos hoy por el área de Empleo de la Provincia.
El caso de la cooperativa se suma al cierre de planta la textil, TN&Platex, decisión tomada por sus dueños ante la imposibilidad de enfrentar la actual reducción de ventas, con lo que dejó a 170 trabajadores sin empleo.
Batalla aseguró que el cierre es inminente ya que la situación de crisis se prolonga desde fines de 2015 y terminó por explotar en los últimos meses. Apuntó a “la inflación y devaluación” a nivel nacional, teniendo en cuenta el aumento del costo de la materia prima que se ocupa para fabricar el hilado y el consumo de mercadería que lejos estuvo de incrementarse, frente a la apertura de las importaciones y el cerramiento del mercado interno para el sector textil. “No es rentable”, se lamentó el delegado de los trabajadores.
“UNA MANO PARA SEGUIR TRABAJANDO”
“Espero que el Gobierno nos dé un mano para seguir trabajando, porque así no es rentable y somos 70 los que nos quedamos en la calle”, indicó Batalla sobre el pedido de audiencia a Peppo.
El miembro fundador de la cooperativa recordó que cuando en 2015 la empresa quedó acéfala y debieron tomar las riendas de su fuente de trabajo, “el Gobierno ayudó para comenzar”. En tanto, la situación es distinta para los trabajadores hoy y aún esperan ser recibidos por funcionarios con la expectativa de hallar una solución que les permita seguir produciendo con rentabilidad.
Además, adelantó la posibilidad de reunirse hoy con la secretaria de Empleo y Trabajo de Chaco, Liliana Spoljaric, aunque, al cierre de esta edición, dicho encuentro aún no estaba confirmado.
Sobre el pedido hacia el Ejecutivo, Batalla fue contundente: “No queremos que nos regalen nada” y señaló que están dispuestos a “recibir un préstamo a largo plazo y devolverlo”.
“Estamos a un año y medio de que el jefe abandonara todo y quedamos nosotros, y con esta situación que no hay estabilidad, más si no tenés ni una palanca del Gobierno, es imposible seguir”, se lamentó el trabajador y agregó que en los nueve meses de la gestión provincial no pudieron entablar un diálogo directo para evitar el cierre de la planta. “Tratamos de hablar pero no nos quisieron recibir, nunca se nos dio la posibilidad de sentarnos hablar y buscar un solución”, manifestó.
