El presidente de la cooperativa frutihortícola de Resistencia, Américo Barúa, dialogó con elDIARIO de la Región sobre el complejo escenario que se presenta en relación a la variación de precios, a la marcada baja en las ventas y a la situación de la cooperativa que de manera directa e indirecta es sustento diario para más de 600 familias chaqueñas.
«Los precios varían por hora, por minuto, por día», afirmó el dirigente y recalcó que previo a la última devaluación, «ya veníamos con algunos problemas de altos costos en todo lo que es insumos, transporte, frío. Son costos que subieron mucho, combustibles, energía eléctrica, fletes, y ni hablemos de la cuestión de insumos para siembra porque la mayoría de esos productos son importados de algún lado. Esto genera muchos inconvenientes».
En paralelo, los climas de los últimos meses fueron otro factor de incidencia en los precios. «En algunos casos la sequía, en otros lugares la última helada tardía sobre la producción de frutas. Así que tuvimos todo tipo de inconvenientes».
«No nos olvidemos que este mercado, la cooperativa, en un 90% se abastece con productos de otras regiones, con un promedio de 1.000 kilómetros de distancia en casi todos los productos, desde la verdura de hoja, hasta la papa, la cebolla, las frutas de carozo, las bananas y el ananá desde Brasil, Paraguay y Bolivia. Así que tenemos todos estos componentes que hacen que no haya una estabilidad específica», sostuvo.
Aseguró que con esta «última hiperinflación que se generó, más que nada especulativa inclusive porque la gente prevé que se va a venir peor y entonces aumenta, los precios son inestables e impredecibles». «Hoy, no podemos dar precios con precisión porque sería cometer un error enorme».
Aclaró que, en el precio minorista, “nosotros no nos metemos, se abastecen de la cooperativa, pero no la conocemos».
«Nosotros sugerimos a la gente que camine porque hay muchas alternativas. Hay algunos que hacen excesivamente abuso de los precios. Vemos que las grandes cadenas tienen precios exorbitantes a comparación por ahí de una feria o una frutería del barrio que está más próximo al precio real», afirmó.
En la antesala de la Navidad, una de las principales fechas para la venta masiva dentro del mercado, Barúa aseguró que «no hubo un movimiento muy fuerte». «Está muy muy tranquilo, yo creo que estaríamos en un 40% por debajo de lo habitual. Es enorme porque esto va a generar sus consecuencias».
SUPLIR LO CARO
Recomendó también que las familias opten por suplir aquellos productos cuyos precios suban de manera exorbitante. «La ventaja que tenemos es que es enorme el abanico de posibilidades que tenemos para suplir un producto que está muy caro. Cuando vemos que un tomate está muy caro, recurramos a otro tipo de ensalada. Las arvejas sirven para poder variar con algún otro producto y hacer una buena ensalada», dijo.
Solo en esta última semana, previo a las Fiestas, los productos en el mercado sufrieron aumentos que promedian el 20%. «Hay algunos precios que no se movieron casi nada. Pero la papa se estaba vendiendo recién a $7.500 y hoy está valiendo $8.000», apuntó.
INCERTIDUMBRE
«Como institución la estamos pasando mal», aseguró Barúa al ser consultado por la realidad de la cooperativa de servicio que se conforma hoy de alrededor de 200 asociados.
«Hay mucha incertidumbre. Esta es una cooperativa como la de ustedes, pero es de servicio porque lo que hacemos es brindarles el espacio físico para que puedan comerciar nuestros asociados», dijo.
Comentó que un porcentaje muy bajo de esos 200 trabajadores son productores, «esta provincia no se caracteriza por tener producción muy importante en hortalizas, menos en frutas».
En forma directa, la cooperativa sostiene a 15 empleados, pero el sistema comercial del mercado alberga a unas 300 familias de forma directa, con trabajadores eventuales, «y sumados a los socios, estamos hablando de más de 600 familias que viven de esta cooperativa».
El mercado frutihortícola abastece a cerca del 60% de la región e incluye a Chaco, norte de Santa Fe, algo de Formosa, «llegamos con algunos productos a Paraguay», y Corrientes.
«El asociado está teniendo estas mismas complicaciones. Ayer estábamos viendo que un cajón de naranjas valía $9.000 y hoy está en $12.000. Los números se van cambiando todo el tiempo», afirmó.
GOLPE AL BOLSILLO
«Nos preocupa la intranquilidad de la sociedad que es cada vez más fuerte. Esta experiencia, para los que tenemos algunos añitos más, ya conocemos. Y sabemos cómo comienza, pero nunca sabemos cómo puede terminar y los que pagan las consecuencias son quienes pueden tener problemas por la misma confrontación. No olvidemos que tuvimos muertos, heridos, saqueos. Ojalá que todas esas cosas no se repitan, que se pueda revisar toda esta situación», anheló el dirigente.
«Ojalá que los que están hoy a cargo del Gobierno no miren tanto ara atrás sobre lo que se hizo mal, porque por algo se perdieron las elecciones y vean qué se puede hacer para solucionar y no agravar mucho más la situación. Por lo menos para el segmento de la gente más vulnerable que son, en definitiva, los que abastecen al mercado interno», sostuvo y reparó en que quienes consumen en el mercado interno son la clase trabajadora, la clase media, los pasivos.
«Yo no soy cocinero y tampoco me dedico a la compra de insumos para la casa. Y tengo un parámetro que es el asadito familiar de los domingos. Yo venía pagando $3.800, $4.000 un buen asado que compraba acá en la misma cooperativa y hoy está en $6.000 y $6.500 el kilo. Hay un golpe muy fuerte en el bolsillo a la gente. Y son consumos populares, porque el asado nunca fue un lujo en Argentina», remarcó.
«Yo suelo traer algunos productos para comercializar en la carnicería y hoy me dijeron que en estos diez días bajaron un 40% de la venta. Muchos abastecedores van a quedar con carne que no se va a vender, mucha hacienda no se va a poder faenar», comentó.
Si bien señaló que esto puede repercutir en una baja de precios, «va a ser ficticio porque va a ser para salvar lo que se pueda, no va a ser el precio real, va a ser solo para venderlo». «Pero la semana pasada hubo cinco aumentos en cuanto a la carne, yo no compraba porque no vendían. Yo bajaba cinco medida res día por medio y ahora estoy bajando dos media res día de por medio. Y estamos hablando que estamos en las Fiestas, el de mayor consumo. En todos lados el movimiento es muy bajo», manifestó.
