Carolina Roldan fue vista por última vez el domingo cuando, según testigos, salió de su casa en Barranqueras y no regresó. Ayer, familiares y amigos de la mujer de 38 años marcharon por las calles de la vecina ciudad para visibilizar el caso y exigir celeridad en la búsqueda, atento a que Carolina sufría violencia de género por parte de su esposo Gabriel Veron, a quien denunció en reiteradas ocasiones.
En diálogo con elDIARIO de la Región, Lucia Roldan, hermana de Carolina, sostuvo que son varias las hipótesis que se maneja respecto de su desaparición y dejó en claro que la mujer era víctima de violencia “física y psicológica” de parte de Veron. Según lo aseguró, lo denunció en varias ocasiones, junto a testigos, e inclusive inició los trámites para pedir su exclusión del hogar pero nunca lo logró ya que “él siempre, de alguna manera, lograba quedarse y sacarla a ella de la casa”.
La familia no descarta que Carolina se haya ido por decisión propia “cansada de tanta violencia”. “Se pudo haber saturado y estalló”, señaló Roldan. No obstante, la alarma entre sus seres queridos se enciende ya que han pasado más de cinco días y no han recibido ningún tipo de comunicación de ella, ni rastros de dónde podría estar.
“Lo que nos hace ruido es que, esté como esté, Carolina mínimamente se iba a comunicar conmigo porque somos amigas y hermanas”, señaló la joven y sumó a esto la cercanía de la mujer con su hijo menor, de quien “estaba enamorada y nunca se despegaba”.
En ese sentido, comentó algunos pormenores de la búsqueda a cargo de la Policía y la Justicia chaqueñas. Detalló que este mediodía se realizaron allanamientos en la casa que compartían Carolina, Veron y sus cuatro hijos (de 18, 16, 13 y dos años) y un campo propiedad “del mejor amigo del esposo”.
Sobre los resultados, sostuvo que aún esperaban la confirmación de la Justicia y que sólo estaban al tanto de que efectivamente concretaron los registros con el apoyo de canes de la fuerza de seguridad, no así el rastrillaje.
Consultada por los hijos de ambos, detalló que siguen a cargo de Veron y adelantó que intentan que declaren en “cámara gesel”.
Contó además que durante la marcha de ayer, que comenzó en el barrio donde vive la mayor parte de la familia Roldán conformada por los padres y un total de 18 hermanos, pasaron ante la comisaría 1ª. Allí fueron recibidos por el fiscal Guillermo Insaurralde, que colabora en el caso, quien les informó que “mágicamente todo desapareció, no hay rastros de las denuncias que le hizo Carolina a él (por Veron) durante años)”. No obstante, indicó que se consiguieron más testigos que aseveran que sufría de violencia de género y siguen recabando información.
“Nos repartimos entre todos los hermanos para buscarla, no dejamos todo en mano de la Justicia pero no hay pistas concretas, Carolina no aparece y son todas versiones las que circulan”, expresó la hermana.
“VIOLENCIA Y HOSTIGAMIENTO”
En cuanto a la relación de Carolina y Veron, con quien lleva cerca de 20 años de pareja y 10 de casados, Roldan subrayó que estaba signada por “violencia y el hostigamiento que él ejerció siempre contra ella”.
“Ella nunca trabajó porque él nunca quiso que de trabaje, dependía totalmente de él”, señaló e inclusive detalló que la mujer “no tiene amigos porque él se encargó de aislarla completamente”. “Se aisló mucho, en este últimos tiempo de 3 meses dapra ala vi ofuscada, tomo más coraje se acercó a nosotros.
Sobre las denuncias, Lucía señaló que atando cabos con otros miembros de la familia recordaron que la última Carolina la realizó el año pasado. “En una oportunidad, fuimos la línea 137, una vecina y yo salimos de testigos por la violencia, queríamos conseguir la exclusión del hogar”, rememoró.
“Desde el mismo día que mi hermana se fue de la casa, que es lo que sabemos de boca de él, después de dos horas y media se comunicó conmigo y no se acercó a la casa de mis padres. Alrededor de las 1, hicimos la denuncia por desaparición mientras él fue a la comisaria e hizo una exposición por abandono de hogar, se cubrió las espaldas”, sentenció.
Roldan repudió también otra actitud de Veron, que ayer “organizó otra marcha paralela en la Municipalidad, donde lo recibió la intendenta, Alicia Azula. Se le dio cámara al marido golpeador y hostigador y a nosotros la familia no”, se quejó.
“Las horas pasan y mi hermana no aparece. No queremos esperar a que llegue una mala noticia. Se van perdiendo la fe, pero la fuerza para luchar y buscarla eso se acrecentó”, señaló y aseguró: “Seguimos moviéndonos, buscándola, golpeando puertas, haciendo barullo para que se muevan y mi hermana aparezca”.
