Derechos Humanos

Manader, más cerca de la cárcel común

Gabino Manader fue uno de los “capos máximos” del terrorismo de Estado organizado en los sótanos y fondos de la ex Brigada de Investigaciones de la Policía del Chaco, centro neurálgico del genocidio de la última dictadura cívico militar en el NEA, condenado a 25 años de prisión por torturas en diciembre de 2010, y actualmente sujeto a proceso en el juicio oral Caballero II, donde prácticamente la totalidad de los sobrevivientes testimoniaron su  papel protagónico en crímenes gravísimos a ex detenidos políticos. No obstante desde el 2 de febrero del corriente ejerce el beneficio de “prisión domiciliara”, en la comodidad de su hogar en Falcón 297 de Resistencia,  en proximidades a la escuela de Policía y a la Jefatura de la fuerza.

Esta situación de privilegio podría ser revisada luego del segundo informe del Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que confirmó que el genocida Manader, puede continuar alojado en cárcel U7 sin menoscabo a su condición de salud. El estudio, realizado el 22 de junio, a partir de un examen físico y psicológico,  establece que “el paciente Manader se encuentra compensado en su estado hemodinámico, no manifestando signos de enfermedad física aguda, sin signos de falla de bomba, sin edemas periféricos y con pulso regular” y que “las patologías que padece pueden ser tratadas y controladas adecuadamente en una Unidad de detención del SPF”, donde según precisaron “las condiciones de detención garantizan el cuidado y salud de los internos y no le son perjudiciales”.  

De este modo, el dictamen del cuerpo médico del máximo órgano judicial del país viene a avalar el reclamo de cese del beneficio de prisión domiciliaria para el represor. Este dictaminen deberá ser analizado por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Resistencia, que integran los magistrados Eduardo Belforte, (presidente), Juan Manuel Iglesias y Aldo Alurralde, que decidirán  por la revocatoria o continuidad del privilegio concedido en el cual el juez Iglesias, quien se acercó personalmente a la U7 para hacer efectiva la domiciliaria a Manader, tanto organismos de Derechos Humanos locales, como organizaciones sociales repudiaron la medida judicial, que fue objetada en términos similares por el Ministerio Público y por la querella de la Secretaría de DDHH de la provincia.

Iglesias autorizó en virtud de un supuesto cuadro de  “hipertensión arterial, hipertrofia prostática y trastornos cognitivos” según una informe del Servicio Médico policial de la U7. Este cuadro no fue constatado por el Cuerpo Médico de la Corte Suprema de la Nación en su primer informe, en el cual dictaminó: “Se encuentra compensado, sin signos de patologías agudas en evolución, es portador de dislipemia, patología hipertensiva de grado leve y compensada con medicación” y que "la medida privatoria de su libertad en sí misma no debería afectar la evolución de su patología”.No es la primera vez que Iglesias concede un beneficio a Manader, con anterioridad le concedió un permiso de salida para visitar a su esposa, aquejada por una dolencia que la mantenía “postrada” según alegaron desde la defensa del represor. Esto fue objetado por el Ministerio Público ante la Cámara de Casación, que oportunamente denegó el permiso. Cabe aclarar que en el marco del pedido de prisión domiciliara Manader manifestó que su esposa recuperó la salud, y se acercó por sus propios medios al tribunal para notificarse de la resolución de domiciliaria.

PROTAGONISTA

EN LA BRIGADA

 A Gabino Manader, 75 años, varios testigos lo recuerdan por su entusiasmo en la aplicación de torturas a detenidos, ante quienes se jactaba de haberse instruido en métodos de contrainsurgencia en diversos sitios, como el Paraguay del dictador Alfredo Stroessner. “Decía que era un agente especial, como James Bond” tal como relató en su testimonial en aquel proceso un sobreviviente.

Revistaba en el organigrama formal de la Brigada de Investigaciones como sub oficial mayor en la oficina de Robos y Hurtos,  pero fue uno de los jefes de la “Patota de Investigaciones”,  es decir, el grupo de tareas conformado por militares y policías que tuvo como sede el área restringida de la citada repartición policial y que realizaba los operativos clandestinos contra opositores políticos al gobierno de facto.

Algo de esa sobrevalorada imagen de si mismo pudo percibirse en una de sus varias intervenciones en el actual proceso en curso; “Tengo 17 años de calle, tuve enfrentamientos armados, fui herido,  felicitado en Jefatura con formación de tropa y ascendido en reiteradas oportunidades. Siempre trabajé sólo porque conocía las villas, donde me metía a las 4 de la mañana a sacar delincuentes peligrosos” precisó durante su ampliación indagatoria en el juicio oral Caballero II. No obstante, prácticamente la totalidad de los sobrevivientes que declararon ante el tribunal destacaron su papel protagónico en los hechos de violencia sexual que se juzgan en la causa en curso.

 

Cooperativa La Prensa

Cooperativa de Trabajo y Consumo Ltda La Prensa

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