Luis Oropel, uno de los torturados durante el entrenamiento extremo al que fueron sometidos varios cadetes de la Escuela de Policía riojana, fue trasladado a un sanatorio de la ciudad de Córdoba, donde fue internado en la unidad de terapia intensiva en estado delicado.
El joven fue trasladado desde La Rioja e internado en un sanatorio privado del barrio Cerro de las Rosas, donde ingresó con un cuadro grave de deshidratación e insuficiencia renal.
Lucía, hermana de Oropel (25), señaló ayer en declaraciones a la prensa que “sigue con diálisis” y que su familia espera que “comience a recuperar la función renal, que es lo que de momento permanece paralizado”.
Según su testimonio, el cadete fue sometido a “nueve horas de entrenamiento físico muy duro y bajo altas temperaturas que hubo ese día, pero más allá de eso (los instructores) han tenido la crueldad de no darle a los chicos ningún tipo de hidratación”.
La joven precisó que su hermano sufrió una “deshidratación severa, y como todos los chicos tenían todos los músculos rotos debido al excesivo trabajo físico que tuvieron y eso ha liberado toxinas que se les pegaron en los riñones, los ha paralizado y dejaron de funcionar”.
Indicó que su hermano tiene también “lastimaduras en los codos y las rodillas, en las manos y tiene toda lastimada la espalda y moretones”.
Lucía dijo que los compañeros de su hermano le comentaron que “cuando pedían agua para hidratarse durante el entrenamiento se las negaron totalmente”. Entre las 13.30 y las 14.30 “les dieron autorización para ir a sus casas a comer y cambiarse de ropas y regresar”, puntualizó.
"La verdad es que mi hermano ni ganas de comer tenía y tampoco tenía muchas ganas de volver, pero hizo un esfuerzo y regresó y hoy tenemos que lamentar tenerlo acá en estas circunstancias", concluyó.