Las centrales sindicales que conducen Hugo Yasky (CTA de los Trabajadores) y Pablo Micheli (CTA Autónoma) convocaron a un paro general de actividades para el 30 contra las políticas de ajuste y destrucción del empleo del Gobierno de Mauricio Macri. El paro general tendrá lugar una semana antes de la fecha en que el triunvirato que conduce la CGT realizaría una huelga similar (será confirmado mañana), presionada por la masiva marcha de la semana pasada. La convocatoria surgió de un plenario conjunto de esas centrales sindicales del que participaron más de 2.000 dirigentes de todo el país.
La fecha elegida coincide con el 35º aniversario de la histórica movilización que la CGT, conducida por Saúl Ubaldini, realizó contra la última dictadura cívico-militar.
La huelga "abarcará una agenda de reclamos que se vienen manifestando con fuerza hace ya varios meses: ola de despidos y suspensiones en todos los sectores, tarifazos, inflación, situación de los jubilados, deterioro de las economías regionales, situación de las pymes producto de la apertura indiscriminada de importaciones, entre otros", se informó.
Sobre la unidad de las CTA para la protesta, Yasky dijo que lo hacen "convencidos de que hay que estar ahí donde está nuestro pueblo". Además, Yasky no descartó que el Gobierno genere "situaciones de represión" en el marco de la intensificación de las protestas sociales.
HUGO YASKY: “HAY QUE
ESTAR CON EL PUEBLO”
La medida de fuerza de las CTA se decidió durante un plenario de delegados y secretarios generales que tuvo lugar en el polideportivo de la Universidad Tecnológica de Avellaneda. Se debatió también si a esa medida de fuerza se le incluirá una movilización a Plaza de Mayo y otras principales en ciudades de todo el país.
Durante su discurso, Yasky indicó que este proceder es producto del “convencimiento de que hay que estar allí donde el pueblo esté” y explicó que por ello participaron de la marcha de la CGT de la semana pasada, “concientes de que por encima de las diferencias había que privilegiar las coincidencias”.
El dirigente sostuvo también que la medida de fuerza es parte de una “pulseada contra este Gobierno”, que “cuando empieza a perder lo poco que tenía de adhesión popular, se cierra sobre sí mismo”. Además, alertó sobre la posibilidad de que desde la Casa Rosada se decida endurecer sus políticas contra los reclamos sociales y sindicales: “Van a generar situaciones de represión”, dijo.
La definición de Yasky y Micheli también pone una cuota más de presión sobre la conducción de la central de la calle Azopardo. Ambos dirigentes comenzaron a negociar un “plan de acción sindical conjunto” desde febrero, algo que se acaba de acordar en el I Plenario Nacional Unificado de ambas CTA, lo que también puede leerse como el primer paso a la fusión de ambas centrales divididas formalmente en 2014.
