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Los merenderos se organizan para seguir dando comida durante la cuarentena

Este matutino habló con la delegada del equipo de mujeres que trabajan en los merenderos del movimiento 20 de Diciembre. Explicó cómo es la modalidad que realizan para subsistir en esta ayuda hacia las personas más vulnerables de los barrios y las nuevas dificultades desde el inicio del aislamiento social.

elDIARIO de la Región habló con la delegada de los merenderos que coordina el movimiento 20 de diciembre, Patricia Aquino. La mujer explicó que son tiempos difíciles para continuar teniendo los recursos humanos y alimenticios para atender las necesidades de cada barrio.

Durante este fin de semana, el grupo de mujeres pertenecientes al equipo de merenderos, volvió a organizarse para vender alfajores de maicena y así ganar algo de dinero para la copa de leche. Los merenderos se encuentran los barrios La Liguria, Golf Club, hay tres en La Rubita, Villa Los Lirios, Fontana y, recientemente, un décimo merendero se abrió en Vilelas.

Contó que siguen trabajando con las compañeras delegadas a este trabajo de la organización, y en los tiempos de aislamiento social, se sumó otro grupo de trabajo que confecciona barbijos y delantales para reforzar al equipo que atiende en los comedores.

“Antes de la cuarentena eran merenderos y apoyo escolar, ahí les ayudaban a hacer la tarea, ahora solamente se les da de comer”, explicó. Los chicos o los padres “van y buscan la merienda que se haga en el día. Hay personas mayores también que se acercan, no hay problemas hoy con la edad”, indicó ante la pregunta si era exclusivo para infancias de los barrios.

“Desde noviembre del año pasado no se recibió más mercaderías para los merenderos (por parte estatal)”, dijo. Contó que lo que hacen es que, de los módulos que manda Desarrollo Social para quiénes están en el movimiento, apartan mercadería para estos lugares solidarios. “Luego las compañeras hacen finanzas, para ir comprando las cosas que les faltan, también se colabora con lo que tiene la delegación”.

Explicó que trabajan de a tres mujeres por lugar, tres veces por semana por “el tema es que no hay tanta mercadería”. Además de lo que ellas realiza para vender y generar ingresos, el resto de la organización colabora comprando. Venden pastelitos, alfajores de maicena o lo que se pueda, es en ese circuito de economía cerrada como refuerzan la posibilidad de subsistir.

A pesar del aislamiento, la crisis social que se refleja en la barriada más empobrecida, Aquino indicó que más de 30 niños y niñas van seguro a cada merendero y, en otros, como el de Fontana, están recibiendo hasta 50.

 

 

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