Opinión

Malvinas VI: hundimiento del “Crucero Belgrano”

Por Guillermo  Sánchez  (*)

RESOLUCIÓN  DEL  CONSEJO DE  SEGURIDAD

Cuando tropas argentinas ocuparon Port Stanley  rebautizado como Puerto Argentino el 2 de abril de 1982 el Reino Unido rompió relaciones diplomáticas con la Argentina y el Departamento de Estado  norteamericano solicitó el cese de las hostilidades y el retiro de las tropas argentinas.

El 3 de abril se reunió el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y la Resolución aprobada consistió en exigir el cese de las hostilidades y la retirada inmediata de todas las fuerzas argentinas de las islas. Y exhorta a los gobiernos de Argentina y el Reino Unido  a que procuren hallar una solución diplomática a sus diferencias y que respeten plenamente los propósitos y principios de la Carta de la Organización de Naciones Unidas.

Esta Resolución constituyó el fundamento para que Gran Bretaña enviara la más grande expedición  militar después de la Segunda Guerra Mundial.  La resolución tuvo 10 votos a favor: Gran Bretaña, Estados Unidos, Francia, Irlanda, Guyana, Togo, Zaire, Uganda, Japón y Jordania.

Un voto en contra: Panamá. Y cuatro abstenciones: Unión Soviética, China, Polonia y España.

La Resolución fue redactada por Gran Bretaña (Miembro “permanente” del Consejo de Seguridad). Cuando se desató el conflicto vivían en las islas 1800 personas.

TERRIBLE  AGRESIÓN

El hundimiento del crucero General Belgrano se produjo el día 2 de mayo de 1982 y fuera de la zona de exclusión  del teatro de la guerra que los británicos habían dispuesto unilateralmente. Fue torpedeado por el submarino nuclear HMS “Conqueror” dejando un saldo de 323 soldados -“héroes” argentinos-  muertos de sus 1.093 tripulantes. El Belgrano iba acompañado por los destructores “Piedrabuena” y “Bouchard”.

El “Conqueror” recibió orden de la ministra Margaret Thatcher de “disparar hasta hundirlo”. El Capitán Wreford Brown no podía dar crédito a esa orden.

Disparó dos torpedos MK-8 consumando el acto más despiadado e injustificado de la guerra.

Las informaciones causaron estupor y pánico en nuestro país.

Los partidos políticos y en general la dirigencia con Raúl Alfonsín expresaron en un comunicado que “es urgente que  intervengan las Naciones Unidas. Ese organismo internacional no puede quedar inactivo ante los hechos que confirman que ya no se trata de un conflicto entre Gran Bretaña y la Argentina sino ante una agresión del Norte contra el Sur”.

Ante este panorama los buques argentinos Gurruchaga, Bahía Paraíso, Bouchard y Piedrabuena se dirigieron al área del hundimiento del Belgrano al recibir la noticia del desastre.

El 5 de mayo llegaron los primeros sobrevivientes al puerto de Ushuaia.

COMBATIENTES

Casi ocho de cada diez soldados argentinos enviados a la Guerra de Malvinas eran soldados conscriptos, pues en nuestro país existía el servicio militar obligatorio. Jóvenes  de entre 18 y 20 años de distintas provincias, pero la proporción más importante de los convocados eran nativos del Chaco, Corrientes y Formosa.

PROPUESTA

El hundimiento del crucero argentino marcó el cierre de las posibilidades de negociación pacífica entre las partes en conflicto propuesta por el presidente del Perú Belaúnde Terry durante los últimos días del mes de abril. Argentina había aceptado el plan de paz pero la agresividad británica decidió impedir todo acuerdo diplomático y hundió al crucero argentino.

El presidente del Perú sostuvo en su intervención los siguientes puntos: el cese de hostilidades; el retiro mutuo de fuerzas; reconocimiento mutuo de las discrepancias; tener en cuenta los puntos de vista e intereses de los isleños; la intervención de Brasil, Perú, Alemania Federal  y Estados Unidos en la sustanciación del documento y el Acuerdo definitivo antes del 30 de Abril de 1983.

Empero, con esta acción británica del 2 de mayo de 1982  el conflicto armado, la guerra, era una realidad de ahí en más.

RESPUESTA

Leopoldo F. Galtieri –al mando del Poder Ejecutivo “de facto”–  manifestó ante los sucesos de ese 2 de mayo,  que “ no había otro camino para recuperar nuestra soberanía irrenunciable que  obrar como lo hicimos y así lo hemos señalado al mundo. La inmensa mayoría de los pueblos  de América nos dieron una respuesta franca y clara, una respuesta solidaria y fraternal. Fue la actitud de los que siempre creyeron con pureza y sin segundos intereses que este Continente tenía su proyecto y su destino y que su pasado colonial estaba muerto y convertido en polvo o rezago de la historia…”. “Han usado y siguen usando en estos momentos el fuego sobre nosotros, y  hemos respondido, y responderemos con fuego. Y será siempre nuestra respuesta  si el enemigo intenta convertir nuevamente en colonia la tierra argentina”.

CATEGÓRICO

Ante la actitud del Departamento de Estado de los Estados Unidos el canciller argentino Nicanor Costa Méndez  se manifestó con estos términos en una comunicación mantenida con Alexander  Haig  el  2 de mayo: “(…) El gesto del Gobierno de los Estados Unidos, además de  encontrarse el crucero fuera del área de exclusión establecido por gobierno británico alrededor de las islas, es en alto grado inamistoso, resulta sorprendente; en efecto, hasta hace horas apenas, los Estados Unidos actuaban en carácter de amigo de  las partes, asistiéndolas en la búsqueda de un arreglo negociado,  justo y honorable.

Ahora alegando el fracaso de sus gestiones asume la defensa  unilateral de una de ellas y nos impone sanciones inaceptables con el fin ostensible de quebrar  nuestra determinación, de imponernos por la fuerza  las soluciones que se ajusten a las muy particulares miras que el Gobierno de los Estados Unidos mantiene sobre la cuestión”

“(…)  El pueblo argentino no comprenderá ni olvidará que en una de las horas más críticas de su historia, contrastando con la solidaridad que le llega desde todos los rincones del continente, los Estados Unidos hayan  preferido tomar el lado de una potencia ajena al hemisferio cooperando  con sus designios agresivos”.

Además estaban en alerta las potencias del bloque del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) de carácter defensivo-militar firmado en Washington el 4 de Abril de 1949, con  posterioridad a la Segunda Guerra Mundial y coordinado por Estados Unidos y las naciones aliadas occidentales.

Como apuntamos, el hundimiento del General Belgrano provocó la muerte de 323 personas,  prácticamente la mitad de los muertos argentinos en combate.

REACCIÓN ARGENTINA

El martes 4 de mayo de 1982, dos días después del hundimiento del crucero argentino, la aviación tomó represalias y un misil Exocet disparado desde un avión argentino Super Estandar hundió al destructor inglés “Sheffield”, cerca de Malvinas, donde murieron 29 británicos. Fue y es comentario que el Sheffield llevaba armas nucleares y ahora está en el fondo del mar.

APOYO

La Asamblea de los Países No Alineados respaldó totalmente a la Argentina. Estados Unidos se inclinó por Gran Bretaña en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas  y vetó el proyecto de “resolución instando a un cese del fuego”.

Los intereses militares y especialmente la Potencia del Norte que dirige la Organización del Atlántico Norte (OTAN)  prevalecieron sobre el principio de solidaridad hemisférica.

El ataque al crucero Belgrano hizo fracasar un segundo intento del presidente del Perú  Belaúnde Terry de negociar la paz.

Por entonces los dirigentes justicialistas Deolindo Felipe Bittel, Angel F. Robledo, Benito Llambí y Ernesto Corvalán Nanclares suscribieron una declaración donde expresaban “sus aspiraciones de que las Fuerzas Armadas Argentinas, depositarias activas del mandato de libertad de San Martín y Bolívar, sintiéndose acompañadas de todo el pueblo argentino y el de las demás naciones de América,  presenten batalla y tomen represalias, devolviendo golpe por golpe, hasta escarmentar debidamente al invasor”.

CUBA: SOLIDARIDAD

En su momento,  el  líder cubano Fidel Castro hizo referencia al estado de beligerancia  de 1982. Habló ante un medio de difusión italiano “La Unidad” y señaló que “esta lucha por Malvinas ha creado un sentimiento nacionalista, un patriotismo latinoamericano que nunca ante hemos sentido tan intensamente. Hemos sentido la causa argentina como nuestra causa. Hemos sufrido los muertos argentinos como propios. La victoria argentina es nuestra victoria. La derrota argentina sería nuestra derrota.”

CONSECUENCIAS

El triunfo inglés en la guerra del Atlántico Sur tuvo consecuencias favorables para la Ministra Margaret Thatcher que fue reelecta y por una disposición de su gobierno todas las medidas que se han tomado durante la guerra y comunicaciones desde Londres con los buques y aviones ingleses permanecerán cerrados y en secreto oficial por el término de 90 años.

En la Argentina, las consecuencias del enfrentamiento con Gran Bretaña condujeron a la caída del régimen militar y al regreso de la democracia. Quedaron los recuerdos y los relatos de aquellos “héroes” muy jóvenes que estuvieron en el combate luchando por la soberanía, la integridad territorial del país y la unidad nacional”.

“Viven” en cada uno de nosotros…

 

(*) Abogado, Periodista ex docente de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE).

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