La Provincia

Un hallazgo de 30 kilos de bronce, por la senda de Crisanto

Su propia vida, aventurera, es materia prima de interés para la recreación en el arte y la cultura, al igual que unas piezas de quebracho, o metal, de las que obtuvo perfiles y formas hasta moldearlas en obras que le valieron el reconocimiento, y también la censura.

Crisanto Domínguez nació en Las Palmas, en 1911, su madre era qom y su padre un ciudadano de nacionalidad paraguaya, un peón de campo y hachero. Ya desde niño, se dio al tallado de rostros y figuras en los árboles del monte. En Buenos Aires, donde arribó a bordo de un barco naranjero de polizón, trabó relación con Quinquela Martín y en 1926, aún adolescente, fue reconocido por su obra "Cabeza de boxeador" en un Salón de esculturas en Mar del Plata, siendo el primer escultor chaqueño reconocido por la crítica especializada nacional.

Por si fuera poco, escribió dos libros: Rebelión en la selva y Tanino, y fue parte del grupo de intelectuales resistencianos de la Peña de los Bagres. Pese a todos esos laureles, su obra se ha visto de algún modo reducida en el imaginario colectivo, al asociársela exclusivamente con la escultura llamada El Indio, una figura desnuda de tres metros, montada sobre un pedestal en el centro de la ciudad, realizada por Dominguez en 1938, que un año después sufrió la censura y desapareció en circunstancias no del todo aclaradas.

Pobre y olvidado, falleció en Resistencia, el 15 de noviembre de 1969 y sus restos fueron pasados al osario común en agosto de 1997. Fue un artista fundamental y sería casi un desconocido de no ser por la obra “Crisanto Domínguez ¿el que soñaba con París?” (2011), de Jorge Castillo, fruto de 27 años de búsqueda de información y análisis de documentos escritos y fotográficos. Castillo, Psicólogo, Magíster en Gestión Ambiental y Ecología, es un documentalista con el foco puesto en el rescate del patrimonio natural-cultural local y ha publicado varias notas sobre el tema en el suplemento ACÁ de este matutino.

A este impulso de los últimos años por restituir la figura de Crisanto, vienen a sumarse las reediciones de sus libros, realizadas en la colección Rescate, de la Librería de la Paz en 2009 y, en la actualidad, en el proyecto de largometraje documental sobre su vida  que encara Cecilia Fiel, cineasta porteña (pero chaqueña por adopción, sobre la base de una trayectoria jalonada con varias visitas a nuestra provincia), dónde ha plasmado los registros de los hechos que forman parte de la identidad local.

Dan cuenta de ello los cortometrajes sobre los juicios de lesa humanidad realizados años atrás y el documental Margarita no es una flor, sobre la masacre de Margarita Belén, estrenado en el Festival Internacional de Mar del Plata, en 2013, proyectado en varias oportunidades en Resistencia.

30 KILOS

Si bien el largometraje sobre Crisanto aún se encuentra en etapa temprana, de investigación y preparación de guión, la tarea ya comenzó a dar sus frutos. Entre lámparas, cubiertos de alpaca, objetos de porcelana, muebles antiguos de gamuza y espejos con marcos exuberantes, se encontró una escultura de Crisanto: 30 kilos de bronce del rostro de un hombre, con su firma de puño y letra, pero sin fecha.

Sin pensarlo dos veces, Fiel compró la obra, abonando $ 15.500. La escultora chaqueña Tati Cabral le habría proporcionado la información, luego de reconocer la obra en cuestión en un local de antigüedades, a pocos metros de Juan D. Perón y avenida Callao de la ciudad de Buenos Aires.    

Así es como la flamante adquisición se suma al proyecto de documental sobre Crisanto por parte de Fiel; “Mi punto de partida a la hora de decidirme a escribir sobre la vida y obra de Crisanto fue cuando me entere de lo sucedido con el monumento al indio”, expresa la realizadora.

Dicho monumento, emplazado en 1939, causó estupor a la alta sociedad por la supuesta desproporción de sus genitales, lo que llevo a que el monumento fuera amputado -o al menos así quedaría en el imaginario popular- y trasladado de su lugar original de emplazamiento, en el centro de la ciudad, para ser enterrado en el Parque 2 de febrero. “Yo sentí que ese acto tan visceral encerraba otra cosa, lo pensé mucho tiempo, hasta que me di cuenta de que no era más que la expresión simbólica de la continuación del genocidio por otros medios”. Una vez culminada la etapa de preproducción, comenzará el rodaje, con registros en Chaco y Formosa.

SUCESOS…

Además de la obra, Fiel ha encontrado, en el Museo del Cine de la Ciudad de Buenos Aires, material fílmico inédito de Sucesos Porteños, donde aparecen, durante pocos segundos, noticias sobre Crisanto. “Las noticias son de 1957 y de 1958. En un noticiero, habla sobre una exposición con obras en quebracho y muestra ‘Cabeza India’ y, en el otro, también la noticia es sobre una exposición, pero se destaca especialmente que son obras realizadas en hacha y machete”, explica Fiel y expresa “¡Lo maravilloso es que se lo ve al propio Crisanto tallando la madera!”.

Nuestra provincia cuenta con grandes investigadores, que ya han ordenado la obra de Crisanto. Es por esto que la directora dice: “Mi punto de partida son las largas charlas que vengo teniendo con Jorge Castillo, quien ha escrito una biografía maravillosa y exhaustiva, ‘Crisanto Dominguez. ¿El que soñaba con París?’, y también una tesis escrita por Cristina Quenardelle y distintos textos de Mariana Giordano sobre la escultura chaqueña. Por supuesto, los libros escritos por el mismo artista son fundamentales, ‘Rebelión en la selva’ y ‘Tanino’, publicados por Crisanto en 1948 y 1952, respectivamente”, agrega la cineasta.

 

LA LECCIÓN DE ANATOMÍA

En el Museo de Bellas Artes Benito Quinquela Martín, de la Ciudad de Buenos Aires, gracias a la amistad que el pintor boquense mantuvo con Crisanto, se encuentran recortes de diarios que son incunables. Guiada por Jorge Castillo, Fiel dio con un recorte sumamente interesante. Es el que da cuenta de las obras de Crisanto que fueron expuestas en el Congreso Internacional de Cirugía (1950), donde se destaca especialmente El Desollado, entre otras piezas anatómicas.

“Ahora estoy atrás de confirmar dónde estaba el taller de Crisanto en la Facultad de Medicina, porque en esa época la Facultad de la UBA no funcionaba en ese edificio, sino donde hoy está Ciencias Económicas”, declaró Fiel y añadió “Espero que de esa pesquisa se llegue a encontrar algún rastro más del escultor, es decir, tienen que aparecer más obras”. Por ello, Fiel asegura que, una vez finalizado el documental, su idea es donar la escultura que adquirió a la comunidad de Las Palmas, el lugar de origen de Crisanto, “pero siempre y cuando haya un compromiso del Municipio de poner en valor la obra del artista, lo que significa también poner en valor la historia cultural de un pueblo. Con esto, quiero decir que se tiene que poder generar en Las Palmas un espacio cultural que sea productivo en cuanto a actividades, que sea un lugar al que los chicos quieran ir y que tanto la comunidad como el Municipio puedan sostener en el tiempo”, concluyó la realizadora.

 

Cooperativa La Prensa

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