Derechos Humanos

Margarita Belén: 47 años después, la memoria que no se apaga

“También les digo, compañeros, que de nada vale este sacrificio nuestro si ustedes no siguen peleando por mantener viva la memoria popular”, fueron las últimas palabras de Néstor “El Flaco” Salas, frente a sus compañeros en la U7 antes de ser trasladado hasta su último destino: Margarita Belén.

Luis Ángel Barco, Alcides Bosch, Emma Cabral, Raúl María Caire, Mario Cuevas, Carlos Duarte, Luis Díaz, Eduardo Fernández, Luis Arturo Franzen, Delicia González, Raúl Antonio Méndez, Dora Noriega, Manuel Parodi Ocampo, Julio Andrés Pereyra, Fernando Piérola, Néstor Carlos Sala, Patricio Blas Tierno, Juan Ramón Vargas, Roberto Yedro, Carlos Zamudio y Reynald Zapata Soñéz, PRESENTES.

“También les digo, compañeros, que de nada vale este sacrificio nuestro si ustedes no siguen peleando por mantener viva la memoria popular”, fueron las últimas palabras de Néstor “El Flaco” Salas, frente a sus compañeros en la U7 antes de ser trasladado hasta su último destino: Margarita Belén.

Hoy, 13 de diciembre, se conmemora el 47 aniversario de la Masacre de Margarita Belén, un episodio oscuro de la historia que aún resuena en la memoria colectiva. Más allá de las décadas transcurridas, la trascendencia de este hecho persiste, exigiendo reflexión y acción en el presente.

En una reciente entrevista con elDIARIO, Luciana Delgado, hija de un expreso político y trabajadora de la Comisión Provincial por la Memoria hace más de diez años, nos preguntábamos: ¿De qué hablamos cuando hablamos de memoria? Las respuestas, aunque complejas, convergen en la necesidad de mantener vivos los relatos, de preservar la Verdad, de buscar Justicia, y sobre todo, aprender de nuestra historia para construir un futuro más justo.

Con la mención de un libro escrito por Jorge Giles, recuerda como el registro escrito de la oralidad, se convirtió en un testimonio valioso de los eventos vivenciados durante la dictadura cívico eclesiástica militar. Durante la lectura de los relatos, Luciana resalta la importancia de contar la historia de aquellos que sufrieron la persecución política y tortura, enfatizando que “el sacrificio de estas personas no tiene sentido si no se comparte con el pueblo”.

En sus palabras, sostiene que “la memoria, es esencial para construir una narrativa democrática y accesible sobre la historia reciente en el País”, además de considerar que “no se puede negar la verdad de lo sucedido durante este periodo” como la negación de la existencia de centros clandestinos de tortura y exterminio, la desaparición forzada de personas y otros crímenes perpetuados y que este accionar, contribuye no solo a la tergiversación de la información –como ocurrió durante los debates presidenciales 2023- si no que constituyen un acto de complicidad y construcción de un discurso “falso”.

Durante el diálogo también se abordó la relación entre la pandemia y el individualismo, y cómo, a partir de este hecho, se constituyó un sentido de “sálvese quien pueda”, afectando la percepción colectiva de la memoria histórica.

En este contexto, resaltamos la importancia de que la memoria es esencial para reivindicar a aquellos que hicieron de la militancia una forma de vida comprometida y solidaria. Recordar la historia de los 30,000 desaparecidos es un acto de valentía y resistencia contra los intentos negacioncitas.

Esta forma de vida militante, superaba el individualismo, porque desde él se construía “una forma de vida sosteniendo colectivamente”. Desde el deseo solidario de contribuir al bienestar de los demás, desde el “coraje y la solidaridad para contribuir a la sociedad”.

Desde la presidencia de la comisión provincial por la memoria, las palabras de Santiago Osuna, nos instan a interpretar, interpelar y representar a los jóvenes, adquiriendo especial relevancia en este contexto. La juventud, muchas veces distante de los episodios dolorosos del pasado, necesita no solo información sino también un diálogo abierto que les permita comprender la importancia de mantener viva la memoria.

El 13 de diciembre de 1976, Margarita Belén fue testigo de uno de los momentos más cruentos de la última dictadura militar, cívico y eclesiástica en Argentina. Ese día, un grupo de prisioneros políticos, acusados de subversión, fue trasladado al Regimiento de Infantería de Monte 29. El resultado: 22 personas asesinadas, marcando una herida imborrable en nuestra historia.

Santiago destaca la importancia de la memoria como la reconstrucción de un camino, no solo del pasado, sino de una historia transitada. Se refiere a la historia argentina como parte de una película, un conjunto de luchas desde el siglo XIX por un país inclusivo.

Durante el tiempo compartido, Osuna sostiene que la tarea de transmitir la memoria histórica a las nuevas generaciones implica no solo narrar hechos, sino también involucrar a los jóvenes en un diálogo activo sobre la importancia de los derechos humanos, la democracia y la justicia.

Además, subraya la necesidad de mantener viva la historia para comprender la continuidad entre las diversas luchas a lo largo de los años. Destaca la importancia de recordar las motivaciones y acciones de aquellos como el «flaco Sala» para no olvidar el compromiso con la justicia social, un Estado inclusivo y la construcción de un país en el que todas las personas puedan realizarse.

También, expreso la necesidad de discutir “el negacionismo” de la dictadura en distintas etapas de la historia argentina, desde la dictadura militar hasta la actualidad, destacando cómo algunos sectores intentaron “negar los hechos históricos, ya sea para salvaguardar el honor del Estado o para oponerse a la justicia y reivindicar el modelo económico perpetuado en la última dictadura”.

Además de reconocer en los discursos actuales no solo la negación de los hechos, si no la “reivindicación del terrorismo de Estado”. Destacando que lo que está detrás es “la concentración de la riqueza en pocas manos y la generación de un contexto social de individualismo” socavando la representatividad política, incluyendo partidos políticos, sindicatos y otros espacios de representación, debilitando de esta manera la democracia.

Santiago llama a reflexionar sobre la necesidad de iniciar un nuevo tiempo en la política y destaca la importancia de repensar las formas de representatividad política, entendiendo la evolución constante de la política a lo largo de las generaciones y cómo es fundamental adaptarse para interpretar, interpelar y representar a las nuevas generaciones en una sociedad cada vez más compleja y diversa.

En este nuevo contexto político y de consumo de información, es fundamental reconocer la importancia de comprender los diferentes territorios de acción, que van más allá de los barrios y se incluyen los ámbitos de nuestro día a día, como universidades, escuelas, espacios de memoria y medios de comunicación.

Así es como, la reproducción de la causa “Memoria, Verdad y Justicia” cobra un significado relevante cuando observamos la necesidad de transmitir la carga emotiva de Margarita Belén. La educación y la concientización son herramientas fundamentales; sin embargo, la responsabilidad también recae en la sociedad en su conjunto para no permitir que estos hechos queden en el olvido.

La Memoria, Verdad y Justicia no deben ser solo palabras en el diccionario de nuestra historia, sino compromisos activos. Mantener viva la memoria de Margarita Belén significa no solo recordar a las víctimas, sino también honrar su legado, buscando la verdad y exigiendo justicia. Es un llamado a la acción en un contexto político que nos demanda fortalecer las instituciones democráticas y proteger los derechos humanos.

En este aniversario, es necesario renovar el compromiso colectivo y ciudaano, con la Memoria, la Verdad y la Justicia. Recordamos a las víctimas de Margarita Belén para que su no haya sido en vano y para asegurarnos de que las futuras generaciones no solo conozcan nuestra historia, sino que también trabajen incansablemente para construir un país más justo y equitativo.

MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA

La causa de Memoria, Verdad y Justicia es un esfuerzo colectivo para establecer la verdad sobre los horrores de la dictadura, identificar a los responsables y llevarlos ante la justicia. A través de numerosos juicios, Argentina ha condenado a altos funcionarios militares y civiles por violaciones a los derechos humanos, marcando un hito en la búsqueda de justicia en el ámbito internacional.

Los juicios han proporcionado una plataforma para las víctimas y sus familias, ofreciendo un sentido de cierre y justicia. La importancia de esta causa trasciende las fronteras nacionales; es un recordatorio constante de la necesidad de proteger los derechos humanos en el mundo.

PRESERVANDO LA MEMORIA HISTÓRICA

En paralelo a los juicios, se han creado espacios de memoria en Argentina. El Parque de la Memoria en la localidad de Margarita Belén, a la altura del KM 1042, sobre la Ruta Nacional 11, es un testimonio conmovedor de la resistencia y la lucha por la justicia. Este lugar no solo honra a las víctimas, sino que también sirve como recordatorio tangible de los peligros del autoritarismo y la violación de los derechos humanos.

El parque constituye una intervención integral con una puesta en valor a la cruz histórica ya emplazado en el lugar por familiares de las víctimas.

La intervención consiste en la restauración de las figuras escultóricas que forman parte del monumento que ya existía allí, y la construcción de tres pilares con las leyendas Memoria, Verdad y Justicia que se conecta a la cruz histórica mediante un paseo compuesto por un memorial que relata lo ocurrido y las historias de vida de las y los militantes políticos fusilados, sosteniendo en el tiempo el primer lugar de reunión de los familiares de los caídos.

Durante los primeros meses del año, las escultoras Carina Fabaro, Tati Cabral, Daniela Almeida y Alejandro Pérez realizaron una obra colectiva sobre bloques de mármol y granito gris como forma de conversación entre los diferentes espacios del Parque. «De la conversación con los familiares de los caídos fue naciendo la intención de realizar la obra. La misma llevará el nombre del proyecto, «Margarita Belén, memoria de una lucha colectiva» sostuvo Tati Cabrral durante su realización.

EDUCACIÓN PARA EL FUTURO

Una estrategia clave para continuar esta lucha es a través de la educación. Con muchos jóvenes que no vivieron esa etapa de la historia argentina, es esencial integrar la enseñanza de estos eventos en el currículo escolar. La inclusión de la historia de la última dictadura cívico-militar garantiza que las generaciones futuras comprendan la importancia de la memoria y la defensa de los derechos humanos.

Además de la educación formal, se fomentan visitas a espacios de memoria y charlas con sobrevivientes y familiares de víctimas. Estas experiencias directas permiten a los jóvenes conectar emocionalmente con la historia y comprender la necesidad de preservar la memoria colectiva.

Para las chaqueñas y chaqueños, recordar la masacre de Margarita Belén es una práctica que involucra a toda la sociedad con vigilias y caravanas sostenidas en el tiempo, no solo por las familias, también por la militancia política que levanta la bandera de la lucha de los caídos.

UN COMPROMISO PERMANENTE

La lucha por la Memoria, Verdad y Justicia en Argentina va más allá de los tribunales y los espacios de memoria; es un compromiso permanente con la construcción de una sociedad basada en valores democráticos, el respeto a los derechos humanos y la prevención de futuros abusos.

El uso de recursos educativos específicos, como materiales didácticos y testimonios, se ha convertido en una herramienta vital para acercar a los jóvenes a esta parte crucial de la historia argentina. Proyectos de investigación y debates en clase fomentan el pensamiento crítico y la participación activa, permitiendo a los estudiantes explorar a fondo los eventos de la dictadura y sus impactos en la sociedad.

La tecnología también desempeña un papel importante, utilizando plataformas en línea, documentales interactivos y redes sociales para llegar a los jóvenes en su entorno digital. Este enfoque innovador garantiza que la lucha por la memoria, verdad y justicia se adapte a los métodos de comunicación contemporáneos.

La causa de Memoria, Verdad y Justicia en Argentina no solo ha transformado la sociedad local, sino que también ha enviado un mensaje al mundo sobre la importancia de defender los derechos humanos universalmente. El compromiso continuo con esta causa sigue siendo esencial para construir un futuro donde la justicia, la igualdad y la memoria histórica sean pilares fundamentales de la sociedad argentina y, por extensión, del mundo.

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