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“Mi disturbio fue llorar abrazada al árbol”

En Fontana, detuvieron a una mujer por defender los árboles de su vereda. El hecho generó repudio por parte de ambientalistas y preocupación para la facilidad en la que se acude a la fuerza policial.

Una joven artista y activista de Fontana fue detenida sin explicaciones por defender un árbol. Si bien parece anecdótico, este episodio se enmarca en dos graves problemáticas chaqueñas: varios hechos de violencia policial con abuso de poder y una pésima planificación que respete el ambiente.

El colectivo Somos Monte repudió el hecho por ser su víctima, Vanesa Ruiz, cercana al colectivo. Señalaron que es fue un “atropello por el solo hecho de negarse a que dañen irremediablemente los árboles de vereda, mientras se realizan los trabajos de zanjeo cloacal”.

“Exigimos sanciones a la abogada S. Arroyo por la irregularidad en su actuación, quien se presentó en el lugar del hecho ordenando detener y esposar a Vanesa”, manifestaron en el comunicado.

“Repudiamos la negligencia en el accionar de toda la red de funcionarios públicos involucrados en el tema ya que se los notificó de estas situaciones en el momento en que estaban sucediendo y nadie tomó cartas serias en el asunto, convirtiéndolos de esta manera, en cómplices de que se generen estas situaciones de violencia”, continuaron.

“Es injustificable y de suma gravedad que las autoridades policiales no hayan informado inmediatamente el paradero de Vanesa, teniendo que rastrearla por varias horas”, dijeron y afianzaron: “¿Cómo es posible que desaparezca así sin más una persona?”

“Por otro lado, como ciudadanía exigimos una vez más, que los municipios actúen desde el protocolo de las buenas prácticas como está estipulado y han recibido capacitación al respecto, teniendo siempre en cuenta el impacto ambiental y la salud de la totalidad de los ecosistemas”, añadieron.

Es que el martes, cerca de la 8, la artista chaqueña Vanesa Ruiz se encontró un equipo municipal y máquinas de gran porte en su vereda, en Fontana. Preocupada por los árboles añejos que había en las inmediaciones de su casa, se acercó al equipo municipal para pedirles que tengan cuidado ya que eran “la sombra y fresco más cercanos”. En el extenso relato de cómo vivió ese día, que facilitó a elDIARIO de la Región, Vanesa remarcó que esos árboles tenían un promedio de nueve hasta 17 años y la línea de trabajo para poner las cloacas pasaba justamente por ahí.

“Antes de las 11, la máquina ya se arrimaba al primero de los cuatro lapachos. Me pongo al lado de él. La máquina se arrima. Le digo al maquinista que no voy a moverme. Me dice que el servicio de cloaca es por mi bien. Le digo que solo quiero que la hagan más hacia la calle y no sobre los árboles. Viene el director de obra, le explico lo que sucede y me dice que no puede correr la cloaca hacia la calle, porque por una disposición municipal se tiene que hacer ahí en esa línea”. Hubo varios intercambios entre el agente municipal y la ciudadana, pero sin ánimos de llegar a una conciliación.

“Este director de obra (de quien no recuerda su nombre) es quien convoca a todas las personas que fueron llegando después. Me quedé sentada y recostada al lapacho, llorando. Ese fue mi disturbio, llorar abrazada al árbol”, expresó y contó que para las 11 ya había tres patrulleros rodeándola, autos del Municipio de Fontana y una jueza, quien le pide que se acerque a hablar. Aunque expresa su miedo a que la máquina avance, habla con la funcionaria judicial, quien sólo le da una orden de que se corra.

“Minutos después viene mi madre a apoyarme y va a hablar con la jueza. La Policía me rodea y le dice a mi madre que se meta adentro si no quiere ser detenida también. Que la jueza ordenó que me detengan. Yo seguía sentada en el suelo abrazada al árbol”, comentó.

“Una mujer policía de otra comisaria que no es la Tercera de acá de Fontana, me saca los brazos para atrás y me coloca unas esposas. Me levanta del suelo. Los demás policías habían hecho un círculo a mi alrededor. Yo les digo que me quedo y entro a la casa. Me dice la mujer policía que ya me hablaron bien y yo no entendí. Me obliga a entrar al patrullero. Le grito a mi madre que filme. Me fuerza a subir y al empujarme adentro golpea mi cabeza con la puerta del patrullero”, siguió con su relato.

Este es el momento fundamenta de su relato, ya que Vanesa estuvo cuatro horas sin ningún tipo de comunicación, familias y amistades tuvieron que moverse para averiguar dónde estaba. “No sabía dónde me llevaban. Me descompuse en el camino. Pedí una bolsa para vomitar, vomité. Mi cuerpo estaba todo flojo. Pedí disculpas a la mujer policía por el forcejeo que tuvimos. Explicaba a todos los policías que nunca antes me habían detenido y por eso estaba descompuesta y porque no sabía dónde me llevaban”.

“Me llevaron esposada a antecedentes. Luego a sanidad. Y finalmente a la comisaría 3ª de Fontana donde me hicieron firmar un papel que decía que me daban la libertad anticipada por esta única causa. Al salir una mujer policía me dice que seguramente es la última vez que voy a querer abrazarme a un árbol. Me sonreí, solo quería irme de ahí. Salí de la comisaría caminando. A 20 metros escucho que me llaman de nuevo. Un policía sale a decirme si ya no van a surgir más inconvenientes y voy a dejar que sigan con obra, así piden que se retire el patrullero que seguía en la vereda de mi casa mientras estaba detenida. Solo pude llorar al escucharle y le dije que ya está, que qué más podía hacer”. Su relato concluyó con una reflexión: “Se puede convivir en armonía con el medio natural al que pertenecemos”.

Ayer, Vanesa hizo una denuncia en el Comité Contra la Tortura, allí contó ese relato y le comunicaron que se articulara en otras áreas como Derechos Humanos y la Secretaría de Ambiente.

Cooperativa La Prensa

Cooperativa de Trabajo y Consumo Ltda La Prensa

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