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El equipo de la línea 137 denunció condiciones de trabajo insanas

Manifestaron que desde esta semana, se encuentran trabajando sin espacio físico ni las condiciones mínimas debido al inicio de obras de construcción en el edificio que no fueron notificadas a las trabajadores y trabajadores. El grupo laboral solicita tener, al menos, un lugar transitorio donde seguir atendiendo a las mujeres víctimas de violencia de género. 

El equipo de trabajo de la línea 137 denunció ayer públicamente las condiciones en la que se encuentra el edificio actual de este servicio. En el lugar que comparten sobre la avenida Sarmiento con las otras líneas esenciales 102 y 108, se iniciaron esta semana obras de construcción para una remodelación que se inauguraría en la brevedad. Sin embargo, lo que manifiestan las trabajadoras y trabajadores es que mientras estas dos líneas mantuvieron sus oficinas para seguir funcionando con lo mínimo, la 137 quedó sin un lugar donde atender. 

Según pudo saber elDIARIO de la Región sobre la situación en la que se encuentra trabajando el equipo: “Ya no nos tienen en cuenta, nos soltaron la mano”, es la sensación grupal de un servicio que históricamente se sostuvo por el recurso humano. Incluso, se supo que tuvieron que atender en la vereda por tener siquiera oficina para trasladar el aparato telefónico o, una silla y privacidad para atender a las mujeres que fueron víctimas. Además de no otorgarles un lugar, tampoco hubo un anuncio previo para que se preparan para esta situación, fueron los trabajadores de la construcción quienes les anoticiaron. 

En detalles, no pueden oír a las personas que llaman por una emergencia de violencia debido a los ruidos propios de las herramientas, mucho menos acceder a ese lugar. También, la estructura con paneles de yeso, no cuenta con ventanas, lo describen como “una caja de zapatos”, cuya única abertura es las puertas de entrada y salida. Hay herramientas, objetos apilados, andamios, y, lo más nocivo, el lugar está lleno de polvillo y personas, infringiendo todo protocolo de sanidad ambiental, incluso antes de la pandemia. 

A pesar de las condiciones laborales, del “miedo” propio del recurso humano por su trabajo, el equipo de la línea 137 únicamente solicita a las autoridades un lugar transitorio donde pueda seguir atendiendo. 

 

UN SERVICIO ESENCIAL

Otra preocupación, además de las laborales, recae sobre la función esencial de este dispositivo: la atención inmediata o de urgencia a mujeres víctimas de violencia de género. Entonces, a la imposibilidad de atender con una escucha integral, se recae en una doble violencia: hacia las mismas trabajadoras, y hacia una revictimización de las mujeres que acuden por no poder siquiera tener un lugar privado donde relatar su testimonio (son atendidas, a pesar del equipo, en la vereda o en la entrada con personas circulando). 

En un contexto de aislamiento obligatorio, donde la demanda por protección integral no sólo no cesó, sino que se incrementó exponencialmente.  

  

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