La Sociedad

Tato Bores, el ícono del humor político argentino

Mauricio Rajmín Borensztein, más conocido como Tato Bores, fue sin duda la máxima figura del humor político argentino, e incluso a 27 años de su muerte sus monólogos son fuente de archivo para entender la realidad argentina.

El 11 de enero de 1996 falleció Tato Bores, también conocido como el “Actor Cómico de la Nación”, que hizo reír a varias generaciones de habitantes a lo largo de su carrera de más de 50 años.

Tabo nació el 27 de abril de 1927 en Buenos Aires, en el seno de una familia judía de clase media, que por aquella época no sólo debía enfrentar a la crisis económica mundial, sino también a la discriminación que constantemente los golpeaba.

A la edad de 15 años decidió abandonar para siempre los estudios y dedicarse al trabajo, iniciándose como asistente de la orquesta de Luis Rolero y René Cóspito, tarea que lo llevó a aprender música, tomando clases de clarinete.

Su debut como cómico ocurrió durante la despedida de soltero del músico Santos Lipesker, durante la cual Mauricio se paró frente al público y ofició de cómico, haciendo reír a los presentes con sus ocurrentes chistes. En la fiesta estaban presentes el guionista Julio Porter y el cómico Pepe Iglesias “El Zorro”, quienes al observar el excelente desenvolvimiento del joven decidieron convocarlo para trabajar en Radio Splendid.

A través del humor, dijo lo que nadie podía o quería decir. La sagacidad de sus comentarios, la crítica sutil que evitaba la censura del menemismo cautivó a los televidentes. Tato Bores renovó absolutamente el lenguaje del humor político. Asistido por los mejores guionistas de cada época, transformó el estilo de los monólogos de Pepe Arias, el gran monologuista de los años ’40, en un torrente frenético y surrealista de escenas imaginarias entre los personajes del momento, recitándolos a una a una velocidad increíble. La función que el periódico tenía en el humor de Pepe Arias, en Tato lo ocupó el teléfono, uno de los elementos emblemáticos de su personaje.

Su máxima consagración llegó de la mano de la televisión, y comenzó en el año 1957 con su participación en el ciclo “La familia GESA se divierte”.

Fue declarado Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires en 1992, luego de que la jueza Federal María Romilda de Cubría, logró censurar uno de sus monólogos, en donde se la mencionaba, en mayo de ese año. En 1993 realizó su último ciclo televisivo: Good Show, ya que luego de una operación de una hernia de disco se le informó que no podía volver a trabajar. APTRA lo premio con el Martín Fierro al Mejor Actor Cómico de 1960.

Imposibilitado de trabajar por su problema de salud, se radicó por varios meses en Punta del Este para regresar a Buenos Aires tiempo después, donde falleció rodeado de su familia.

 

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