El País

Revuelo político por el suicidio de un jubilado en la Anses

Rodolfo Estivill era un jubilado de 91 años que ayer se dirigió a la sede Mar del Plata de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) para realizar un trámite de rutina. «Les voy a pedir que me presten atención: tengo 91 años y no doy más de tanta lucha, estoy cansado. Tengo a mis dos sobrinas que me acompañan y me ayudan, pero ya no puedo», expresó antes de gatillar. Fue trasladado a un hospital donde falleció poco después.

El hecho generó un aluvión de críticas hacia la administración de Mauricio Macri a partir de asociar la decisión del adulto mayor de terminar con su vida con el recorte de políticas sociales, la pauperización de haberes y el incesante aumento en el costo de vida, que en una persona de avanzada edad podría repercutir de sobremanera.

La reacción de trabajadores no se hizo esperar e hicieron la ligazón de este episodio con la intimación oficial que amenazó con dar de baja las pensiones por viudez si los beneficiarios no “actualizaban” los datos por los cuales se les habían otorgado las pensiones. El sindicato a agrupa a trabajadores de la Anses, a través de un comunicado, dijo “ya basta, esto es un genocidio”, y advirtió: “Los trabajadores del organismo no vamos a ser cómplices de este plan de extermino de nuestros viejos”.

Leonardo Fabre, secretario General del espacio, reclamó ayuda a la Confederación General del Trabajo (CGT) y a las dos Central de Trabajadores de Argentina (CTA) para frenar el desmantelamiento del sistema previsional argentino y «su espíritu solidario». En declaraciones a C5N, el dirigente confirmó que Estivill fue a la Anses «con la premeditación de suicidarse, con una misión», y que antes de pegarse un tiro dijo «este es mi destino». Denunció además que tres meses después de la llegada de Basivilbaso al organismo, se produjo un incendio en el cual se quemaron dos millones de expedientes, cuya pérdida ahora invoca el Gobierno para pedirle a los pensionados que demuestren cómo adquirieron sus derechos. «Eso es una bomba en la cabeza de cualquier jubilado», advirtió.  

El dirigente alertó también acerca de la disolución del sector verificador de la Anses y la tercerización de la atención telefónica, donde ya trabajan 3.000 contratados que cobran un tercio de lo que cobran los trabajadores de planta. «Vinieron a destruir el sistema previsional», agregó Fabre, quien señaló la coincidencia del paso del actual jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, por el PAMI y por la Anses, en la década del 90, cuando el sistema fue privatizado.

LA PALABRA DE FAMILIARES

Las sobrinas que había acompañado al hombre a la sede de la Anses indicaron que Estivill “estaba cansado de estar solo”. “Quería venir a Buenos Aires con nosotras. No tenía conflictos económicos, agregaron. Una pierna no le funcionaba bien. Estaba triste por la muerte de su mujer hace ya algún tiempo y su último amigo falleció el mes pasado. El creía que ya era muy grande y que no tenía mucho más por hacer en esta vida”, concluyeron.

Finalmente, sobre la polémica que generó el caso y las especulaciones políticas dijeron: “No tenemos nada que ver con eso, esto es algo personal. Es una decisión que tomó él”. (Fuentes: Página/12 y La Capital)

 

 

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