La Provincia

Pesar por el fallecimiento del ex detenido político Julio Baltazar Aranda

Le puso el pecho a los golpes de la vida y supo transformar el horror en solidaridad y lucha. Nació el 19 de septiembre de 1950, en Mercedes, Corrientes, pero encontró su lugar en el mundo en Chaco, donde cultivó amistades en los lugares por los que fue dejando su huella; la militancia política y de derechos humanos, la facultad de Arquitectura, la cátedra en la UOCRA sobre Seguridad e Higiene Industrial, y en la empresa Sameep.

Julio Baltazar Aranda falleció ayer por la madrugada luego de ser internado de urgencia por un sorpresivo cáncer de hígado en estado muy avanzado. La noticia sumió en un profundo dolor a familiares y allegados, y fue velado e incinerado en el crematorio Parque Avellaneda en horas de la siesta. Allí y en las redes sociales, se compartieron despedidas y anécdotas con el denominador común del agradecimiento y la congoja ante la irreparable pérdida.

Desde la Comisión Provincial por la Memoria, los organismos de derechos humanos integrantes de la entidad manifestaron su profundo pesar y destacaron: “Julio fue un militante de la vida, siempre del lado de las causas justas, con optimismo y gran entereza, la misma que le permitió sobrellevar el secuestro y las torturas en la Brigada de Investigaciones de la Policía durante la última dictadura cívico-militar y luego ser parte en los juicios a los genocidas con un valiente testimonio cada vez que fue requerido, así como cada una de las luchas por la Memoria y la Justicia Social durante todos estos años. Al compromiso solidario, Julio le sumó una calidez entrañable, siempre dispuesto a sumar su aporte desinteresado, y así será recordado por toda la militancia y quienes tuvieron el privilegio de conocerlo y compartir junto a él”.

 

 

 

Cooperativa La Prensa

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