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Entrevista exclusiva a Julieta Campo: “Necesitamos reflejar las frustraciones y convertirlas en proyectos”

La candidata por el Frente Chaqueño es la tercera entrevistada en este ciclo que destaca los inicios y la participación de las mujeres chaqueñas en la política.

 

En una entrevista extensiva, la candidata de diputada provincial Julieta Campo conversó con elDiario sobre sus inicios en la militancia política, su perspectiva sobre la situación democrática y electoral. Además, como secretaria de Juventudes de la provincia, expuso algunos de los ejes que afectan la vida de las juventudes y las propuestas para “pensar en construir un proyecto de país y de vida”. Al igual que las entrevistadas anteriores, Massin y Sabarece, la funcionaria le dio importancia a acercarse a la redacción de este medio cooperativo.

¿Cuál fue tu primer recuerdo de acercamiento a la política?

Si bien mis padres nunca fueron militantes de un partido, siempre se habló mucho de política en mi casa. Uno de los primeros recuerdos es cuando vi en la billetera de mi mamá una estampita de Evita con la frase: «Ha llegado la hora de la mujer que comparte una causa pública y ha muerto la hora de la mujer como valor inerte y numérico”. Esa frase me interpeló y me generó curiosidad por descubrir a esa mujer.

Entonces desde tus inicios tuviste referencia de la política y el feminismo.

Sí, y sin saber bien lo que implicaba, empecé a involucrarme en política. En séptimo grado decidí ser delegada y, en 2008, verla a Cristina imponiendo una disputa con la sociedad rural para el país y parándole la mano a los poderosos. Ver la capacidad de CFK (Cristina Fernández de Kirchner) para llegar a la presidencia, siendo mujer, marcó a una generación, y nos permitió ver un futuro distinto que nuestras madres, o abuelas, no imaginaban.

Las principales causas por las que empecé a militar era las desigualdades para las mujeres, estuve atravesada por una perspectiva de género. Así como el peronismo está atravesado por hechos históricos, como el 17 de octubre, las personas estamos atravesadas por hechos, a mí me atraviesan las luchas que encabezó Cristina, también las luchas de las pibas.

¿Cómo fue tu trayectoria militante en la secundaria?

En secundaria fui presidenta del Centro de Estudiantes. Empezamos una discusión muy fuerte sobre el boleto estudiantil en un espacio de más de 30 centros estudiantes, con el objetivo de lograr el boleto gratuito y logramos sancionar la ley provincial en el 2013.

En 2010 cuando Néstor (Kirchner) muere, muchos de los que tímidamente acompañábamos el proyecto político kirchnerista, empezamos a militar en una agrupación política: la Juventud Peronista La Pingüina. Nuestro laburo siempre fue en el barrio, se impartían clases de apoyo escolar en los barrios. Militábamos un feminismo popular en los barrios: trabajábamos la ESI (Educación Sexual Integral), y la prevención de embarazos no deseados, trabajábamos mucho para desarmar los estereotipos.

¿La educación se vincula mucho con tu proceso político?

Sin lugar a dudas atraviesa mi militancia y representa una herramienta de liberación. Hoy que tanto nos hablan de la libertad, yo creo que la libertad es que podamos decidir y proyectar nuestra vida, no la libertad de los mercados sino la libertad de las comunidades. Siempre milité creyendo que podemos llegar a nuestros objetivos colectivamente.

En 2010 participamos con una compañera del proyecto “Legisladores por un día”, teníamos 16 años, y presentamos el proyecto del aborto legal. A partir de ese momento lo empezamos a hablar, como no teníamos ámbitos feministas, empezamos a leer y estudiar, era un tema polémico, desde ahí venimos curtidas de dar las discusiones en los ámbitos públicos de frente y sin miedo, sabiendo que hay una respuesta de quienes quieren cercenar nuestros derechos.

¿Qué crees que impulso tu carrera política desde joven?

Los gobiernos de Nestor y Cristina fueron los momentos donde se abrieron las posibilidades a los jóvenes de decidir y tener lugar en la política. Que el Estado promueva los centros de estudiantes, espacios juveniles en la lLegislatura, donde podés decir y debatir las cosas que pensábamos nos permitió ser parte. Sobre todo, cuando nos dicen todo el tiempo que la política es una mala palabra.

¿Cuáles crees que fueron tus principales aportes a la política?

Siempre le dediqué tiempo a la formación política, a formar a pibes más chicos que yo, es un trabajo para que crean en esta herramienta de transformación de la realidad. Siendo o no gobierno hay una línea que se mantiene en el tiempo que es la organización como método para construir un proyecto de país que se enlace con nuestro proyecto de vida.

¿Cuáles crees que son las políticas a reforzar para los jóvenes?

Desde que decidimos cambiar el nombre de Secretaría de Juventud a Juventudes fue porque entendimos que era importante nombrar y visibilizar que existen distintas maneras de ser joven. Buscando deconstruir esa mirada adultocéntrica pensando que ese sujeto político que son las juventudes no puede estar caracterizado como un varón escolarizado que vive en una ciudad, sino que hay distintas maneras.Hay una deuda pendiente con los y las pibas que tiene que ver con construir elementos y herramientas que les permitan proyectar su vida. Hoy es difícil proyectar una vida si no sabes cuánto vas a cobrar, no sabes cómo vas a atravesar el mes y menos podés proyectarte a cinco años. Venimos de cuatro años marcados por el factor incertidumbre.

¿Qué problemas identificas en las juventudes?

Identifico problemáticas simultáneas. Hoy hay problemas para acceder a un empleo de calidad, hay empleos y trabajos con un grado de informalidad muy alta, necesitamos poder tener mayor regulación del Estado. Después la vivienda y el alquiler que toca sobre todo a las juventudes que viven en la urbanidad de las ciudades, necesitamos leyes que puedan acompañar a las y los inquilinos y el acceso a esa primera vivienda. Por otro lado, hay una problemática muy importante que marca a las juventudes que es la salud mental que nos atraviesa en un contexto de estar muy vinculado a lo digital.

Las feministas hace muchos años decimos que si la ESI no educa a las juventudes sobre sexualidad lo hace la pornografía, también podemos decir que, si no hay espacios educativos sobre la participación política formal, los pibes se van a educar en TIKTOK, y eso es un problema que lo tenemos que poder abordar.

Hoy hay iniciativas legislativas nacionales muy interesantes, como el proyecto de justicia digital que tiene que ver con el acceso de los adolescentes a una computadora, y también con el debate de cómo nos vinculamos, cuales son los estereotipos que se formulan en las redes sociales y como se vincula con nuestra socialización y eso tiene que ver con nuestra salud mental.

¿Cómo crees que se introduce en los pibes la idea del Estado como negativo?

Nosotros necesitamos reflejar cuales son los principales inconvenientes en la vida diaria pero también cuales son los sueños, que nuestro proyecto político interprete no solo las frustraciones y enojos, sino como convertimos eso en proyectos y deseos que sean realizables. Yo creo que Javier Milei logró interpretar una oscuridad que está vinculada esos deseos y proyectos, le puso una etiqueta, dijo “es la casta” y el método es la dolarización y el ajuste y la eliminación del Estado.

Nosotros creemos lo contrario, que es con mas Estado, pero con un mejor Estado que sea más humano, que escuche y acompañe.

¿Cuáles son los ejes que crees que hay que reforzar en políticas públicas?

Hay que reforzar la formalización y regulación del empleo y los nuevos trabajos, y hacer un abordaje integral de todas las mujeres que están criando solas a sus hijos e hijas. 7 de cada 10 mujeres se hacen cargo solas de las crianzas, tenemos que pensar desde el Estado una línea que acompañe para criar y proyectar sus vidas.

¿Por qué crees que los adolescentes no creen en la política?

A los poderosos realmente no les conviene que los ciudadanos de a pie no se involucren en política, porque quienes creemos en el Estado hacemos ruido cuando nos organizamos, ese Estado que nos da la oportunidad de estudiar y desarrollar nuestra vida, si desaparece los únicos que se favorecen son los poderosos.

La disconformidad nace desde que hay un Estado que no puede dar las respuestas de antes, por un endeudamiento que tenemos. Hoy no tenemos un Estado que nos garantice al 100% nuestros derechos. Es difícil no estar disconforme con la política si no podés organizar tu vida. Yo no creo en el método de Javier Milei, creo que es necesario que los jóvenes se involucren, creo que con los pibes hay que hablar de manera frontal y sencilla y tenemos que invitar a la rebeldía para cambiar este mundo que es una mierda, pero para cambiarlo tenemos que involucrarnos.

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