Desde enero hasta la actualidad, se registraron 68 casos de violencia hacia la comunidad LGBTIQ+. “Este 17 de mayo, Día Internacional contra la Discriminación por Orientación Sexual e Identidad de Género, nos invita a reflexionar y concientizar acerca de la realidad que vive el colectivo LGBTIQ+”, indicaron desde el Observatorio de Mumalá.
Desde el Observatorio de este espacio, llamado “Mujeres, Disidencias, Derechos”, presentaron los datos del “Registro nacional de violencias hacia el colectivo diverse/disidente”, relevados desde principios del año a través de medios gráficos y digitales.
Fueron 68 casos de violencias hacia el colectivo: 40 ataques de odio, dos crímenes y 26 trans/travesticidios sociales.
LAS IDENTIDADES
MÁS VULNERADAS
Sobre las identidades de las personas que fueron víctimas de ataques de odio: el 45% fueron travestis y mujeres trans, el 5% varones trans, 47% otras identidades diversas y 3% personas no binaries.
TIPOS DE VIOLENCIA
Con respecto, el tipo de violencias en el marco de la Ley de Protección Integral de las Mujeres 26.485: el 51% fue física, psicológica, el 88%, sexual el 5%, el 24% fue económica, el 17% fue simbólica.
Además, el 50% de las víctimas sufrió más de un tipo de violencia y el 42% requirió atención médica. En el 28% de los casos se vulneró su identidad autopercibida y el 5% de los casos fueron crímenes de odio.
LUGARES
45% sucedió en la vía pública, el 27% en una propiedad privada, 5% boliche, 10% en comercios, un 3% en instituciones de salud y 10% vivienda de la persona que fue víctima.
AGRESORES
A diferencia de otras violencias de géneros, el crimen de odio de origen social da una porcentaje mayor (42%) a una relación con el agresor completamente desconocida. El 35% son conocidos (vecinos, compañeros de estudio, compañeros de trabajo, etcétera). El 20% fueron miembros de las Fuerzas de Seguridad y el 3% profesionales de la salud.
TRAVESTICIDIOS
SOCIALES
El Observatorio destacó que el travesticidio social es el “conjunto de exclusiones que se dan hacia el colectivo travesti trans (expulsión de nuestros hogares, la dificultad para acceder al sistema salud, educación, trabajo, entre otros) que llevan a la precariedad de nuestro bienestar y a la reducción de la espectativa de vida”. “El 100% de las identidades que atraviesan esta problemática son travestis y mujeres trans”. Y el 8% eran migrantes de otras provincias. Un 4%, además, se encontraba en situación de calle. La franja etaria es de un 56% va de 19 a 40 años y un 44% de 41 a 60 años.
“Al día de hoy las violencias hacia el colectivo LGBTIQ+ siguen existiendo, y crecen en este contexto de aislamiento social, preventivo y obligatorio. La gran mayoría de nuestro colectivo no puede acceder al plato de comida diario, intentan desalojarnos de nuestras pensiones y hoteles”, expresaron. La organización Libres y Diverses solicitaron tras el informe la declaración de “Emergencia LGBTIQ+” en búsqueda de recursos estatales que den respuesta a las necesidades del colectivo. También, el tratamiento del cupo laboral, una mesa de diálogo entre el Estado y las organizaciones LGBT+.