Así intentó presentarse el imputado José Francisco Rodríguez Valiente, pese su frondoso prontuario y sendos reconocimientos por sus servicios “en la lucha antisubversiva” según consta en su legajo. La causa pasó a cuarto intermedio hasta el 1 de septiembre.
El viernes tuvo lugar en la sede del Tribunal Oral Federal de Resistencia el cuarto día de audiencia en la denominada Caballero II, por crímenes de lesa humanidad perpetrados durante el terrorismo de Estado en la ex Brigada de Investigaciones de la Policía de Chaco, con ocho policías y dos militares imputados. Se continuó con la toma de declaraciones a los implicados.
Esta vez fue el turno del José Francisco Rodríguez Valiente, que planteó sendos pedidos de nulidad por supuestas irregularidades procesales en la investigación e intentó demostrar la falsedad de los testimonios que lo incriminan. Por motivos de agenda de los magistrados, (con otros procesos durante la misma jornada), la audiencia concluyó antes de las 11 y la causa pasó a cuarto intermedio hasta el 1 septiembre, con el objetivo de una vez cumplida la etapa de declaraciones de los imputados que restan, avanzar hacia las testimoniales de sobrevivientes.
“SÓLO UN
SUMARIANTE”
Con buen manejo del expediente en lo tocante a los crímenes que se le imputan, Rodríguez Valiente repitió el “modus operandi” del juicio anterior (en el que fue condenado a 25 años de prisión) tanto en los debates como en la etapa de instrucción: se presentó como un “mero sumariante”, que no participaba en detenciones ni tuvo trato con detenidos, algo que está absolutamente desvirtuado tanto por los testimonios de los sobrevivientes que lo sitúan en la sala de torturas, como por las documentales.
Cabe destacar que no se trata de un “recién llegado” a este proceso. Ya fue condenado el 12 de diciembre de 2010 a 25 años de prisión por torturas en la Causa Caballero I, donde figuró con 15 hechos de torturas atribuidos, cifra que lo sitúa cómodamente en una suerte de “dream team” de la picana junto con sus coimputados Gabino Manader, José Marín ( “el acordeonista”), Ramón Meza, y Luis Alberto Patetta.
En esta repetición del libreto de presentarse como un sumariante, Rodríguez Valiente adujo que su sección administrativamente no dependía de Investigaciones, una cuestión formal, que no guarda relación con la lógica normal de funcionamiento de la ex Brigada: el centro neurálgico de la represión estatal en la región. Puede haber habido secciones administrativas, pero debajo del organigrama la Justicia ya demostró que operaba un centro clandestino de detención a opositores políticos; “En el mismo periodo en el cual se presenta como un simple sumariante recibe reconocimiento a su “excepcional desempeño en la lucha antisubversiva” en incluso tiene dos ascensos en diciembre de 76 y luego a principios de 1977 “por méritos extraordinarios” relató el querellante Bosch. Al respecto Bosch opinó que “con sus dichos trató de negarle importancia a su foja de servicios, pero no pudo quitarle sostén a su estrategia defensiva”
FOJA DE
“SERVICIOS”
En un rápido apunte a la foja de servicios de Rodríguez Valiente al que tuvo acceso elDIARIO de la Región, puede afirmarse que el ingresa a la Policía de la Provincia de Chaco el 1 de enero de 1971.
Ascendió a oficial ayudante el 25 de enero de 1973 y pasa a la Dirección de Investigaciones el 6 de mayo de 1975 por decreto Nº 1150/75 del Jefe de Policía. El 1 de enero de 1976, ascendió a oficial auxiliar, por decreto N° 325/76 y el 12 de noviembre del mismo año, ascendió otra vez, por “merito extraordinario” a oficial principal, por decreto Nº 2379/76.
Respecto de sus “buenas calificaciones”, en un informe anual de calificación del 31 de octubre de 1976 al 31 de octubre de 1977, señala que cumple función de “sumariante subversivo” (desde el 01/01/1976). El juicio que le merece su desempeño a la superioridad no deja lugar a dudas; “brillante, pese a su juventud demuestra firmeza de carácter y ejercicio del mando es cumplido inteligentemente”.
