En la sesión plenaria del 24º Foro Económico Internacional de San Petersburgo, Vladimir Putin ha cantado victoria contra la pandemia de coronavirus, anunciando que Rusia ve ya la luz al final del túnel sin haber tenido que parar su economía y ayudando a las empresas y familias.
El presidente ruso ha ordenado a las autoridades que preparen el terreno para que ciudadanos extranjeros se vacunen contra el Covid-19 en el país, pagando una tarifa. Esto abriría la puerta al llamado “turismo de vacunas” si Rusia abre de una vez sus fronteras.
Según el director del Fondo Ruso de Inversión Directa, Kiril Dmitriev, (uno de los impulsores de la vacuna Sputnik V), podría ser a partir de julio de este año cuando Rusia comience a acoger a viajeros extranjeros interesados en ponerse alguna de las tres vacunas rusas que están en el mercado.
En el foro también participaron los presidentes de Argentina, Alberto Fernández, y de Brasil, Jair Bolsonaro.
“DISENTIR ES DE EXTREMISTAS”
Horas antes de presumir de buena gestión, el líder ruso se ocupó de neutralizar legalmente a los que no lo ven así. Putin firmó una ley que prohíbe temporalmente a las personas involucradas en actividades de las organizaciones reconocidas como extremistas o terroristas participar en las elecciones de todos los niveles. Esto deja fuera de las elecciones parlamentarias de septiembre a cualquiera que haya colaborado con el líder opositor ruso Alexei Navalny. Su movimiento queda en la práctica equiparado con formaciones como el Estado Islámico.
