Derechos Humanos

“La desidia judicial no quiso profundizar en la versión de Higui”

El 12, Analía de Jesús conocida como “Higui”, quedó en libertad luego de que la Justicia tardía aprobara el pedido de excarcelación a su prisión preventiva. Nueve meses estuvo presa ante la desidia judicial que interpretó la defensa propia ante un ataque de extrema violencia “lesbo-odiante” que culminó con la muerte de uno de sus diez agresores.

Dos de los referentes locales de la Asociación Pensamiento Penal, Marcelo Wurm Timez y Kevin Nielsen, hablaron en Radio Libertad para explicar las complejidades judiciales de esta causa y los antecedentes judiciales que salieron a la luz debido a desidia que este sistema demostró.

Un aspecto aún muy vigente, a tan sólo una semana en el que el femicida Fernando Farré protagonizara entrevistas profundas justificando el asesinato de su exesposa, Claudia Schaefer, en casi todos los medios nacionales de amplia llegada. Y tan sólo a días de que en Chaco, el abogado defensor Julio Quiñones justificara el intento de femicidio de su defendido, Germán Cazal Ortiz, como “una pelea de machos ´alfa´ por la posesión de una hembra" en pleno juicio oral.

El abogado Marcelo Wurm Timez expresó que “todas las injusticias posibles se han cometido” en la causa de “Higui”, explicó el abogado, y aclaró que lo que “suelen tener este tipo de procesos es una concatenación de cosas que no hay que hacer, o mal hechas”. En este sentido, habló del triple estándar de vulnerabilidad por ser mujer, por su orientación sexual como lesbiana y una vulneración económica también por ser pobre.

“En pleno siglo XXI, tenemos que soportar estas cosas. Donde pareciera que se pone en peligro simplemente por el hecho de ser mujer, de decidir qué hacer con su vida, con su cuerpo, y lo que nadie decide que es la situación de la pobreza extrema”, reflexionó.

Lo más destacado, en cambio, según los letrados, y por lo cual hablan de un lesbo-odio judicial, es por las similitudes en el proceso con una “causa armada”, donde son los operadores de la Justicia, desde la Policía hasta los jueces, quienes se obstinan en que el peso caiga sobre la víctima. Es por ello que Urtimez contó que desde febrero, y tras estar ya varios meses detenida, “no se practicaron pericias”. Allí, citó a la misma abogada de Higui, Raquel Hermida Leyenda, al decir que el expediente de Analía de Jesús “se parece a un cuadernillo de apuntes universitario, menos de 150 hojas, una vergüenza”, manifestó.

Kevin Nielsen, por su parte, subrayó la idea de que esta causa es ejemplar en los transversalidades en desigualdad y discriminación que impregna a la Justicia en su accionar. Opinó que estos estados de vulnerabilidad que “impactan en la Justicia”. “Si bien se presupone que la legislación vigente es igual para todo la ciudadanía, lo que no reflejan las leyes es la realidad, hay un divorcio entre la teoría y la práctica, en cómo se mueven todos los agentes judiciales, policías”, etcétera. “Sobre todo los operadores burocráticos que están impregnados de prejuicios sociales”, aclaró.

Luego de la "discriminación social y barrial, le sigue una lesbofobia judicial, es decir, se mantiene esa discriminación”, resaltó Nielsen, al hablar de toda la trayectoria previa de violencia que sufrió Higui, quien fue desde su primer ataque grave (tres puñaladas por la espalda años atrás, que en su momento no denunció por miedo) y pasando por todo el hostigamiento, es todo parte de un sistema que reprime estos temas, detalló.

A simple vista, analizó el abogado, la causa “es una legítima defensa, pero fue el sesgo judicial”, quien actuó. “Fue llevada como estaba, evidentemente golpeada, hecho que no fue registrado por los médicos policiales. Estos elementos no aparecen en la causa. Las autoridades policial y judicial se obstinaron en verla como una victimaria de homicidio”, planteó.

También en esto criticó el pésimo actuar de la defensoría pública, quien tomó en su inicio, antes de la doctora Leyenda, la defensa. “No apeló la prisión preventiva”, dijo, cuando esta medida sólo se aplica cuando por ningún otro medio es posible asegurar que la acusada no intervendrá en la investigación, situación inaplicable en el contexto vulnerable de “Higui”.

“Se pudieron tener todas las defensas procesales al tener estado público y por el movimiento de mujeres” más el activismo lésbico que no dejó olvidar la situación, reconocieron los abogados. Aun así, recordaron que aunque ahora esté libre, lo que tiene es una excarcelación extraordinaria, pero que no está terminado el proceso. “Y tardaron ocho meses para darse cuenta de eso”, arremetió Nielsen nuevamente, “ni hablando de que había pruebas manifiestas así de contundentes hicieron que la Policía ni la Fiscalía diera intervención a los equipos especializados en género, por ejemplo”.

 

LAS CAUSAS ARMADAS

 

Los integrantes de Pensamiento Penal compararon la causa de Analía de Jesús con el reconocido caso Carreras, donde –explicaron- hubo pruebas falsas y se plantaron vainas servidas. “Acá no inventaron pruebas, ni plantaron nada, pero quien mira sólo la mitad es como quién miente”, manifestaron. “Se sesgaron en una sola versión a priori y dejaron la propia versión de Higui, para darle más peso a la versión de un agresor”, agregaron, y esa línea con la que surgen otras pruebas era tan simple de comprobar sólo con recoger de la escena las ropas rasgadas de Higui.

“La desidia judicial como de la Fiscalía como la defensa pública no quisieron profundizar en la versión de Higui”, concluyeron y recordaron que esta mujer lesbiana, ya convertida en ícono por ganar con su propio cuerpo una batalla ante el patriarcado social y judicial, aún tiene por delante “un proceso pendiente a sus espaldas”. 

Cooperativa La Prensa

Cooperativa de Trabajo y Consumo Ltda La Prensa

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