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Un movimiento piquetero se organizó para limpiar su barrio

Más de 150 personas se organizaron de forma horizontal, y en vista a un trabajo que seguirá a futuro, para limpiar los espacios verdes de su barrio. Ese lote alejado, aledaño a Villa Prosperidad, recibe basura del barrio y también de personas que viene de otros lugares a arrojar ilegal e inocentemente basura. 

Ayer por la mañana, en las intersecciones de las calles León Zorrilla y Borrini, en la entrada del lugar conocido como Boquita Cortés, entre el Lote 202 y Villa Prosperidad, vecinas y vecinos en coordinación con el movimiento piquetero Mujeres Clasistas Combativas (MCC) hicieron una masiva limpieza del espacio natural, repleto de deshechos. 

“No es la primera vez que hacemos este trabajo porque hemos recuperado ese terreno en años anteriores”, contó Charo Alcire, referente de la organización, ya que de esas actividades nació la huerta orgánica y comunitaria Pachamama. 

Sobre esta limpieza, señala: “Nace de la preocupación como mujeres integrantes de una organización feminista, porque sabemos muy bien lo que tenemos que cambiar en el mundo y en esta sociedad, y parte de lo que nos está pasando es una responsabilidad de todas, todes y todos. Hay que empezar por algún lado y entendemos que solamente en la práctica y no en los discursos y expresiones de deseo está la cosa”. 

Cuenta que se habló dentro del movimiento sobre el desborde de basura y cómo la gente no respeta los espacios comunes dónde se habita. “Queremos que se haga costumbre empezar a cuidar esta parte del planeta que nos toca a nosotros, nuestro barrio”, expresa. “Vimos cómo se iba deteriorando la naturaleza, como una laguna que teníamos y que hoy está siendo tapada por la basura”, agrega.

 

INCENTIVAR CON EL EJEMPLO

 

“Esto es otra de las cosas que la pandemia nos está haciendo ver y tenemos el anhelo de que con el ejemplo muchas otras organizaciones piqueteras, sociales, vecinales se dediquen a hacerlo propio en sus territorios, porque en realidad es muy necesario tener esta cultura de cuidar los espacios verdes, los pocos espacios que nos están quedando”, así como respetar la salud de quienes habitan y pensar “qué les estamos dejando a nuestros niños, nuestros pibes, porque al ver otros lugares del mundo tapados de basura y plástico, nos pone en la reflexión de pensar si es eso lo que queremos”, analiza. 

Se dan charlas que tienen que ver con el tema, el 1 de agosto, en el marco del Día de la Pachamama, fue el último, cuenta Alcire. “En base a esas conversaciones, venimos trabajando en la línea de cambiar todo lo que es necesario cambiar. Desde lo personal, pasando por lo habitacional, la bioconstrucción y viendo qué hacemos con el hábitat. Muchos nos tildan de soñadores, pero es un trabajo que hay que hacerlo, tenemos esperanza y nos vemos obligados a llevarlo a la práctica porque no queremos que en un futuro las expectativas de vida se vean acortadas por este desastre ambiental”. “Sobre todo si es que realmente decimos respetar la vida”, subraya. 

Cuenta que ayer juntaron cinco camiones de basura y se hizo la conexión telefónica con la Municipalidad, para que busque, algo que aún no se concretó. “Trabajamos en redes para que los vecinos y la gente que pasa por ahí “en sus camionetas muy lindas, muy caras, vienen y tiran 10 a 20 bolsas de basura”. “Nos pasó mientras limpiábamos, vino una camioneta a querer tirar en nuestra cara. Los mismos que critican a los movimientos sociales porque estamos en la calle son los que están contaminando de manera abusiva, teniendo recolectores en todos sus barrios”, denuncia. 

 

ANTECEDENTES

Hablar de Berta Cáceres, Lolita Chávez, Adriana Guzmán, Lorena Carnal (todas referentes latinoamericanas de la lucha por la tierra), todas feministas de esta Abya Yala. “A nosotras nos pone en la situación de obrar y no de permanecer expectantes y esperar resultados”, expresó. 

Por eso, llevan esa línea de defender el territorio. “También, nos proponemos llevar adelante los ejemplos de la huerta comunitaria, producción alimentaria, para dejar de depender tanto de este sistema, que nos tiene a todas presas de sus leyes que no son sanas y empezar a emanciparnos”.

Fueron unas 150 personas que se comprometieron, además, a seguir con ese trabajo y apuestan a la réplica de estas acciones, superando el estigma que se carga sobre las organizaciones piqueteras, que “también apuestan a lo grande, más allá de las ollas populares, merenderos y apoyo escolar”.  

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