La Sociedad

Bienal de Venecia 2024: el viaje de una cabeza de dragón para abrir el pabellón nórdico

Una gigantesca cabeza de dragón que antiguamente fue el mascarón de proa de un barco y que se encontraba en un derruido parque de diversiones, viajará desde el archipiélago ártico hasta la ciudad italiana de Venecia para dar forma al pabellón nacional de los Países Nórdicos.

Promete convertirse en uno de los íconos de la Bienal de Venecia 2024, que se realiza del 20 de abril al 24 de noviembre bajo el lema «Extranjeros por todas partes».

El Pabellón de los Países Nórdicos -un espacio de colaboración entre Noruega, Finlandia y Suecia- albergará la enorme y ornamentada cabeza de dragón, que dentro de pocos días emprenderá el viaje desde su amarre en las heladas aguas del archipiélago de Estocolmo hasta la laguna veneciana, en Italia.

Durante la 60 edición de la bienal, este pabellón propone a los visitantes «embarcarse en un viaje a través del tiempo y el espacio en busca de un puerto seguro, a bordo de un barco dragón espectral que se desplegará en armonía con la arquitectura del espacio, diseñada por el arquitecto Sverre Fehn, en los Giardini», informaron en un comunicado los organizadores del pabellón.

La artista designada para representar a los Países Nórdicos es la sueca Lap-See Lam, quien concibió la instalación titulada «la Ópera de Altersea», que propone «una exploración poética de las implicaciones existenciales del desplazamiento y la pertenencia que se mueve entre lo real y lo imaginario para contar una historia sobre el deseo de quedarse y la necesidad de seguir adelante», consignaron.

De este modo, el pabellón nórdico se transformará en Venecia en un «barco dragón», una instalación audiovisual que se inspira en el espíritu de la «Red Boat Opera Company», la compañía de ópera ambulante que popularizó la ópera cantonesa en el siglo XIX.

Así, al cruzar el umbral del Pabellón Nórdico, los visitantes van a entrar en un barco imaginario inspirado en el restaurante flotante Sea Palace, un barco dragón chino de tres plantas y 30 metros de eslora. Construido en Shanghai y decorado por maestros artesanos, el barco fue remolcado a Gotemburgo en 1991, donde funcionó como restaurante chino; cuando el negocio fracasó, se convirtió en un barco fantasma en el parque temático Gröna Lund, donde la artista lo descubrió en estado ruinoso, antes de ser remolcado a su actual hogar en un remoto astillero del archipiélago de Estocolmo.

Cooperativa La Prensa

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