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Violencia sexual y salud mental: “No hay estructura o sustancia que justifique que una persona viole”

Algunos grises judiciales permiten que, amparados bajo tratamientos de consumo o salud mental, se les proporcione un marco de impunidad a algunos acusados de violencia de género y abuso.

En los primeros días de marzo se conoció la aberrante noticia de una violación grupal de seis varones contra una joven de 20 años en el barrio porteño de Palermo. Este hecho puso en debate la percepción que se tiene de los violadores como “bestias” o “enfermos” en la sociedad. Otros casos recientes reabrieron el debate de los grises judiciales que permiten que, amparados bajo tratamientos de consumo o salud mental, se les proporcione un marco de impunidad a algunos acusados de violencia de género y abuso, mientras se revictimiza y desprotege a las sobrevivientes de esas violencias.  

La médica, docente de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y activista por los derechos de las mujeres Sol Ferreyra, conocida como @sol_despeinada, en redes escribió: “Para la gente que sostiene que un violador tiene una enfermedad, ¿me explican epidemiología, etiología, fisiopatogenia, signos y síntomas, diagnóstico y tratamiento de esa enfermedad?”. Sumado a la pregunta invitó a “reflexionar sobre la perspectiva histórica que se les da en forma de beneficio a los violadores categorizándolos de enfermos”.

Para hablar de esta temática, elDIARIO de la Región dialogó con Nuria Benítez, médico especialista en Salud Mental que se desempeña en el Servicio de Salud Mental del hospital Perrando y en el Centro de Atención a Víctimas de Violencia (CAVV). “Muchas veces se hace alusión a que no hablamos de enfermos, son hijos sanos del patriarcado porque si vamos al diagnóstico se reafirma que, si tiene un diagnóstico de psicopatía, la persona puede responder por sus actos”, explicó el profesional.

El profesional no binario especializado en Salud Mental recordó que la Psiquiatría se vale de tres estructuras para diagnosticar a los pacientes: la neurosis, la psicosis y la perversión. Por otro lado, Benítez explicó que “hay un apartado que habla de la psicopatía, que según dicen algunas biografías, son estas personas que saben lo que hacen, pueden responder por sus actos, no tienen una desviación del juicio y son punibles, por lo que pueden ser encarcelables”. Sin embargo, advirtió que existen estrategias judiciales para evadir las penas de los acusados.

“La manipulación judicial lo que hace es valerse de las otras estructuras, o lo hacen pasar a la persona por loca para que no pueda responder por sus actos y resulta un atenuante, lo mismo pasa con las sustancias”, comentó el profesional.  “No hay ninguna estructura que justifique que una persona viole. Ninguna de estas figuras que quieren presentar los abogados de los agresores seria justificación para cometer una violación”, destacó Benítez. 

Benítez destacó que “el discurso jurídico es otro, pero no existe una estructura o un neurotransmisor que justifique una violación, todos estos actos son consecuencia de un fenómeno social de asimetría de poder, de una reafirmación masculina”. Sobre la significación que tienen este tipo de actos, indicó que son “la reafirmación social de decir ‘nosotros podemos hacer lo que queremos porque somos los dueños del espacio público’”.

“No hay ningún tipo de sustancia que motive a violar a una persona, una sustancia solamente puede potenciar formas que son intrínsecas del sujeto”, explicó el profesional de la salud mental. Sobre el caso de la violación grupal en Palermo, Benítez expresó que “estaban reafirmando su masculinidad o la grupalidad que es otra forma de ejercer el poder de ciertas masculinidades como forma de violentar”. 

En el mismo sentido, Benítez añadió que “se agrupan y ejercen su poder como una forma más de violencia y no deja de ser un disciplinamiento a feminidades y otras identidades”. En la misma línea, el psiquiatra habló sobre el caso de Higui: “También ocurrió con el intento de violación correctiva que fue grupal, en el que ella termino defendiéndose, siempre es una forma de reafirmación del poder como disciplinamiento y formas de violencia”, sostuvo.

Cooperativa La Prensa

Cooperativa de Trabajo y Consumo Ltda La Prensa

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