En menos de tres meses, cuatro trabajadores de Ersa fueron despedidos engrosando la lista que inició en 2016 con la cesantía de otros tres choferes de la firma encargada de brindar el servicio de transporte público de pasajeros interurbanos en el Gran Resistencia. Los damnificados apuntan a una persecución laboral por parte de la patronal ante los reclamos por las “pésimas condiciones” en las que los colectivos circulaban.
Luego de las tres protestas que encabezaron, la última con el apoyo de sindicatos, organizaciones políticas y movimientos sociales adelantaron a elDIARIO de la Región que en los próximos días presentarán ante autoridades locales y nacionales su situación y el reclamo por su reincorporación. No descartan volver a las medidas de fuerza para tener respuestas.
“No nos quedó otra que salir a la calle a hacer los reclamos y hoy seguimos en pie de lucha hasta recibir una respuesta y la reincorporación de todos los compañeros”, sentenciaron.
“PÉSIMAS CONDICIONES”
Gabriel Rolón, uno de los trabajadores despedidos, contó a este matutino: “En octubre de 2016, comenzaron con los reclamos porque se salían las ruedas de los colectivos, se caían las barreas estabilizadoras de la dirección, no tenían frenos ni aceite. En la revisión técnica nos cambiaban las patentes para que llevemos uno en mal estado por uno en buenas condiciones y todo era avalado por la empresa”.
No obstante, sostuvo que esto comenzó “hace dos años, con una serie de situaciones que se fueron arrastrando desde y las unidades se deterioraron y no hay mantenimiento”, y agregó: “El reclamo llegó a los medios para decir que trabajamos en pésimas condiciones, ni la mínima seguridad para salir a la calles para nosotros ni para los usuarios”, agregó.
Para Rolón, a partir de que la situación se conoció públicamente, la patronal comenzó con “una persecución a través de los inspectores de la empresa”, lo cual término con su despido “violento y sin causa”: “De un día para el otro, me presenté a trabajar y me cerraron el portón de la empresa y me dijeron que no tenía más permiso para entrar y, a los tres o cuatro días me mandaron la carta de despido que decía por injurias graves hacia a la empresa”. Lo que según los abogados, “no significa nada porque no tienen pruebas de nada”.
El primer despido que inauguró 2017 fue el de Gabriel, el 24 enero. “Después vinieron dos más. Tras el primer corte, el 13 de febrero, donde los compañero de la Unión de Conductores de la República Argentina (UCRA) acompañaron la medida para darle un marco legal pero también fueron despedidos”.
“Juntamos más fuerza y se sumaron el Partido Obrero, la Multisectorial, la Central de Trabajadores de Argentina (CTA), la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y la Unión del Personal Civil de la Provincia (UPCP) y realizamos dos bloqueos más el 14 y 31 de marzo. De igual manera, estudiantes de la 29 de Mayo, la Cuba y el PRML formaron una comisión en solidaridad con los choferes, con el objetivo de acompañar y visibilizar la lucha.
Esa última protesta fue intervenida por el fiscal que ordenó el desalojo. Cabe recordar que durante esa jornada desde la Unión Tranviaria Automotor (UTA) Chaco se llamó a un paro total en apoyo a los choferes afectados por el bloqueo de los despedidos.
Y, en esa línea, tanto Falcón como sus compañeros apunta a la complicidad de la UTA con la patronal: “Más que nada pensamos que viene de Raúl Abraham (secretario General del sindicato) que fue el único que salió a defender los interés de los empresarios a capa y espada. El paro ‘solidario’ lo hizo para que no se le quiten los subsidios a Ersa”.
SIN MEDIACIÓN
Consultado por el papel del Estado en el conflicto que mantiene en vilo a los siete despedidos y quiénes quedaron en una situación laboral “peor”, en medio del fuerte ajuste, tarifazos y pérdida del poder adquisitivo de la clase obrera nivel nacional, Falcón comentó que recibieron la promesa del gobernador y el intendente de la ciudad de tomar su reclamo. No obstante, aseguró: “Hasta hoy no nos llamó nadie y la empresa nunca quiso formar parte de una mesa de diálogo con nosotros”.
Además, adelantó que en los próximos días se harán presentaciones en el Ministerio de la Nación, en la Subsecretaría de Trabajo, la Casa de Gobierno y la Intendencia. “Para que nuestra huelga sea legal y no tengan excusa de no escucharnos”, añadió.
“Queremos pedirles disculpas a los usuarios y les decimos que si tenemos que volver a la calle, lo haremos”, manifestó Falcón y afirmó que la situación de los trabajadores de Ersa “sigue igual y peor”. “Están siendo presionados por parte del secretario Raúl Abraham y la empresa, que no le dan los descansos correspondientes, no escuchan los reclamos y amenazan con despidos”.
APOYO A LA LUCHA
Luego del último bloque en la entrada de la empresa, la UCRA, la CTA Autónoma y la Multisectorial de Chaco responsabilizaron “a los gobiernos provincial, municipal y a Ersa del daño ocasionado a los usuarios sobre el corte de servicios en el transporte público”.
Acusaron además que “la política de despidos y persecución a los trabajadores se hizo presente una vez más en forma totalmente arbitraria, con el agravante de que algunos despedidos son miembros de comisión directiva de la UCRA y otros delegados sindicales”. “Esta situación se mantiene hace más de dos meses y los choferes hicieron los reclamos formalmente a los organismos de contralor y en la misma empresa y no tuvieron eco, obligando a que se tome medidas extremas”.
“Queda claro que despedir a un miembro de comisión directiva y a delegados sindicales constituye una medida arbitraria”, agregaron y pidieron a “los organismos pertinentes tomar cartas en el asunto reincorporando a los choferes y exigiendo a la empresa el correcto funcionamiento de las unidades que prestan el servicio”.
