“Marzo va a ser un mes que seguramente quedará marcado en la historia de las luchas del pueblo argentino”, vaticinó ayer el titular de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, tras una visita a la CGT junto al referente de la CTA Autónoma, Pablo Micheli. En la sede de la calle Azopardo, avanzaron en los preparativos de la marcha del martes al Ministerio de Producción.
Los titulares de las dos CTA fueron recibidos en la CGT por el camionero Pablo Moyano, a quien le ratificaron la voluntad de las centrales sindicales que encabezan de sumarse a la Marcha por el Trabajo y la Producción. Yasky aseguró haber encontrado en sus interlocutores cegetistas “voluntad de marchar a un paro nacional al que seguramente van a hacer referencia la mayoría de los oradores del acto del 7”.
Yasky vaticinó que la movilización convocada inicialmente por el sindicalismo y que con el correr de los días concitó la adhesión de diversos sectores políticos y sociales será masiva porque “la gente pide estar en la calle y busca expresarse”. Según calculó, participarán de la manifestación más de 300.000 personas.
UNIDAD EN LA
DIVERSIDAD
El titular de la CTA de los Trabajadores admitió tener “distintas miradas” que la CGT sobre cómo posicionarse frente al Gobierno de Mauricio Macri pero explicó que “fundamentalmente hay un instinto de preservación que se activa cuando uno ve que quien gobierna destruyen el empleo, hacen caer el salario y abren las exportaciones”.
“Cualquier contradicción es menor comparada con la que nos enfrenta a estos sectores que gobiernan para los ricos”, agregó Yasky, quien remarcó que “hasta los pequeños empresarios van a ser parte de esta convocatoria”.
El sindicalista consideró también “muy importante el pronunciamiento de apoyo de la CGT a la lucha docente”. Anticipó que los dirigentes de esa central sindical “van a participar del acto que los docentes van a hacer el 6 frente al Ministerio Educación” y que también “van a firmar una solicitada junto con otras personalidades del país reclamándole a Macri por el agravio y la actitud displicente con que se mofó en un discurso importante, como es la apertura de sesiones, del calvario que vive Roberto Baradel, cuyo nieto e hijo están amenazados”.
