Según los comentarios de los testigos, algunos miembros de Fuerza Criolla habrían agredido el miércoles por la noche a José Benítez de la comunidad qom e integrante del Consejo de Recuperación Territorial en Miraflores. Lo atacaron a golpes en grupo, le produjeron una herida cortante sobre el ojo, también le robaron sus pertenencias como documentos y celular, tiraron abajo las paredes de su casa e intentaron prender fuego su vivienda.
“Aducimos que fue Fuerza Criolla porque dos horas antes que ocurra la agresión a José, Fuerza Criolla empezó a mandar mensajes a los funcionarios públicos de la provincia avisando que si no se tomaban medidas ellos iban a ir a sacar a José Benítez de donde él estaba”, comentó uno de los integrantes del consejo. Ayer por la mañana, acudieron a la Fiscalía de Castelli a realizar la denuncia, los testigos habrían reconocido a por lo menos tres personas involucradas en el ataque.
Los testigos del ataque aseguran: “Hay dos personas que las creemos identificadas por el sonido de su voz, un joven criollo de apellido Montes que ya participo otras veces en hechos de este tipo”. También, identificaron a “una de las camionetas que vino con gente a lastimarlo a José era la camioneta de Carlos Martínez, la persona que está en el lote 75, el dueño del matadero”, aseguran fuentes reservadas.
Las personas que atacaron a José estaban armadas, uno de los miembros del Consejo relató la agresión: «Se le vinieron varias personas alumbrándoles con linternas en la cara, recibió varios golpes y cuando intento defenderse recibió un corte arriba del ojo, quedó tirado y le robaron sus posesiones”.
Después de la agresión narran que “lo que hacen es arribar al ranchito que él tenía y prenderle fuego las cosas”. Otras personas de las comunidades originarias ayudaron a apagar el fuego, pero ya habían destruido el lugar donde habitaba porque tiraron abajo las paredes de su casa. Desde el Consejo de Recuperación Territorial, desmientes las versiones de un enfrentamiento o una usurpación. “Cuando se acercaron con las linternas como cuando se fueron no hubo casi enfrentamiento porque la gente estaba armada y disparaba en el aire”, expresaron.
En Miraflores, el ejido municipal abarca cuatro lotes, fuera de eso las tierras están dividas en lotes cada uno tiene un número y abarca 100 hectáreas. En el lote 75, lugar donde ocurrió el hecho, viven dos familias, una de ellas es criolla, la familia de Carlos Martínez donde se ubica el matadero privado y la otra es de los pueblos originarios, corresponde a la abuela de José Benitez y la familia del joven.
Sobre la versión de una usurpación, explicaron: «No fue una usurpación, la familia Benítez vive ahí desde el año 2017, hace una semana mejoraron su entrada que tenía alambres y palos y pusieron una tranquera con un cartel con el nombre de su familia”. Esta acción habría generado malestar en las Fuerzas Criollas que horas antes del ataque amenazaron con sacar a José Benítez del lugar.
Desde el Consejo de Recuperación Territorial, condenaron el ataque y redactaron un documento que solicita a las autoridades como el gobernador, vicegobernador y ministra del Instituto de Tierras que “se encauce el camino a la resolución del conflicto por nuestras 10.000 hectáreas”. También, pidieron “medidas de seguridad a las familias que hoy están en los lotes correspondientes a las 10.000 hectáreas”.
“Nosotros no estamos peleando por sacar al Municipio o las tierras del ejido municipal. Estamos en una lucha por el reconocimiento del territorio. Y por tener un pedazo de tierra para nuestros hijos y futuras generación”, sostuvieron en el comunicado. El conflicto es histórico, en 1930 el gobernador del Territorio Nacional Juan Sammuel Mc Lean citó a los habitantes que estaban en Castelli y con los Caciques Augusto Soria, Juan Alegre y Cabito Leiva firmaron un acuerdo de correr a todas las comunidades al territorio que hoy es Miraflores con la promesa de darle un lote de 10.000 hectáreas.
Posteriormente, con la organización de provincias autónomas, Chaco no tuvo en cuenta el acuerdo, comenzó a crecer Miraflores y en el año 1990 reconocieron al Municipio de Miraflores dentro de la reserva indígena que se había concedido en 1930. Se entregaron títulos a los criollos y en 2018 comenzó el reclamo de los pueblos originarios, teniendo como antecedente el fallo a favor de Epifanio Leiva contra el Estado por ocupar sus tierras. En abril de 2018 las comunidades qom y wichí se organizaron en el Consejo de Recuperación Territorial.
